Durante el embarazo se producen multitud de cambios hormonales en nuestro cuerpo que normalmente contribuyen a que desarrollemos una notable mejoría en el aspecto de nuestra piel y cabello. Por descontado, no debes olvidar que si tienes algún problema dermatológico previo como acné, rosácea o psoriasis, lo mejor será que consultes con tu médico especialista para que te de indicaciones específicas para tu problema. Dicho lo cual, todas las embarazadas nos enfrentamos a dos desafíos que pueden modificar la apariencia de su piel de aquí en adelante: las estrías y las manchas faciales. Hoy quiero compartir con vosotros la rutina de cuidado cosmético que he seguido hasta la fecha y que a mis 34 semanas de embarazo, y después de haber pasado el verano, me ha dado muy buen resultado: de momento no tengo ni una estría, ni ha aparecido ninguna nueva mancha en mi rostro.
Rutina del cuidado de la piel durante el embarazo: Rutina para la prevención de las estrías
Las estrías son atrofias cutáneas en forma de líneas de color blanquecino o amoratadas localizadas en el tejido conjuntivo, que se observan por transparencia a través de la epidermis. Suelen aparecer en el abdomen y en el pecho principalmente, aunque también son comunes en las caderas, glúteos y muslos. Es muy común que aparezcan durante el embarazo, debido a los cambios de peso y volumen que sufre nuestro cuerpo. De hecho, se estima que el 70% de las embarazadas las sufren en mayor o menor medida. Para colmo, una vez que aparecen, son muy, muy, muy difíciles de eliminar.Con este preámbulo, como podrás imaginar el mejor tratamiento antiestrías que puedes realizar durante el embarazo es la prevención. Si bien es cierto, que el factor genético te ayudará o jugará en tu contra sin que puedas controlarlo al 100%, una buena rutina de cuidado de la piel durante el embarazo puede ayudarte a evitar su aparición o minimizarlas al máximo posible.
La mejor época para iniciar esta rutina es antes de quedarte embarazada. Como esto no siempre es algo que se pueda controlar, lo que sí merece la pena comentar es que una piel bien hidratada y nutrida previamente será el mejor punto de partida posible. Si no ha sido tu caso, y por ejemplo, eres de la personas que descuidan la hidratación corporal durante el invierno, no desesperes, comienza cuanto antes e intenta ser constante.
Mi rutina de tratamiento ha constado de 5 pasos: limpieza, hidratación, cuidado específico, exfoliación y protección. A continuación explico cada uno de ellos y los productos que he utilizado. Por descontado, comentar que este post no ha sido patrocinado por ninguna marca, y que todas mis opiniones son sinceras, basadas en mi experiencia personal.
Limpieza.
Como en toda buena rutina cosmética, el primer paso siempre consta de un buen hábito de limpieza. Puede parecer una obviedad, pero para mí ha significado un antes y un después en el cuidado de mi piel. Sí, soy la típica persona que durante muchos años he utilizado geles de baño baratos sin pararme a pensar en ello ni un minuto. Hasta que un día leí una reflexión que me hizo cambiar el chip: ¿es normal que salgas de la ducha con la piel tirante y necesites ponerte hidratación en seguida? En realidad, solo es normal si utilizas un producto demasiado agresivo o demasiado básico.
En mi caso, me han funcionado muy bien los geles de ducha hidratantes tipo crema como Lactovit (para mi la mejor relación calidad – precio), Dove o Nivea Cream (demasiado perfume para mi gusto). Al utilizar cualquiera de ellos he notado que al salir de la ducha la sensación de necesitar hidratación extra decrece drásticamente. He leído que los aceites de baño funcionan incluso mejor, pero no los he probado aún, ya que me da mucho miedo darme un resbalón en la ducha.
2. Hidratación
Después de la ducha es importante aplicar un producto que nos ayude a retener la hidratación en nuestra piel. Aquí el tipo de piel y el gusto personal influye bastante. Por ejemplo, sé que muchas embarazadas defienden a capa y espada la lata de Nivea Azul de toda la vida, pero a mi es un producto que nunca me ha gustado demasiado: no se absorbe bien en mi piel y tiene demasiado perfume.
Personalmente, me gustan mucho las cremas corporales con urea. Es un ingrediente que mejora notablemente la elasticidad de la piel, por lo que es un buen aliado, ahora que vamos a estirarla hasta límites insospechados. Yo era muy fan de la loción corporal de Mercadona con urea al 5%, pero recientemente han cambiado la formulación del producto y aunque han duplicado la cantidad de urea que lleva, creo que la han empobrecido, o al menos la sensación sobre la piel no es igual de untuosa. Cuesta menos de 2 euros y cunde bastante. En el supermercado también podéis encontrar la gama Lactourea de Lactovit, con una fórmula muy hidratante y poco perfume. La textura mousse me gusta mucho y tiene un tamaño ideal para llevar en la mochila del gimnasio. Si queréis un producto más específico, preguntad en vuestra farmacia, aunque subirá bastante de precio.
Para completar la hidratación, muchos días mezclo unas gotas de aceite de almendras dulces con la crema y lo aplico sobre la piel húmeda (dato muy importante a la hora de aplicar aceites y que sean bien absorbidos por la piel). El aceite de almendras tiene propiedades emolientes y antioxidantes. Es uno de los remedios naturales ancestrales para cuidar la piel durante el embarazo. Personalmente, si tienes una buena rutina de hidratación, no creo que añadir el aceite suponga la diferencia, pero tiene una textura muy agradable para masajear la piel, y está claro que no nos va a hacer ningún mal.
3. Cuidado específico antiestrías
Por las noches antes de acostarme, completo mi rutina diaria con la aplicación de una crema específica antiestrías mediante un buen masaje. He probado dos productos durante el embarazo: una de marca propia de mi farmacia a base de equiseto y aceite de almendras y el clásico Trofolastín Antiestrías. De estas dos opciones elijo Trofolastín con los ojos cerrados: me gusta su textura untuosa, me gusta el hecho de que sea hipoalergénica (me la echo sin miedo, ya que tengo alergia a varios ingredientes cosméticos) y me encanta que no lleve perfume. Está formulada a partir de aceite de germen de trigo (antioxidante y reafirmante) y además, contiene extracto de centella asiática, que es un principio activo que estimula la producción de colágeno de forma natural y tiene propiedades cicatrizantes.
Sobre Trofolastín, sé que no es la crema más económica que hay en el mercado, pero también he de deciros que oscila mucho de precio dependiendo de donde la compréis, yo he visto diferencias de precio abismales de entre 18,90 euros y 29,90 euros.
4. Exfoliación
No existe ninguna evidencia médica que invite a evitar la exfoliación mecánica durante el embarazo, así que es un paso que podemos incluir una vez a la semana o cada 15 días para eliminar las células muertas de nuestra piel y favorecer la renovación celular.
Personalmente, he estado utilizando un exfoliante corporal de Rituals, que me habían regalado anteriormente. Pero se puede utilizar el clásico guante de crin, un cepillo o incluso alguna solución casera a base de azúcar. Lo interesante, bajo mi punto de vista, es que el producto no contenga microesferas de plástico, ya que son muy contaminantes en el medio acuático.
5. Protección solar
¿Sabes como cargarte una buena rutina dermocosmética? Olvidándote de que uno de los pasos fundamentales para mantener tu piel bonita y saludable pasa por protegerla de la radiación solar.
Protegerte del sol es un paso fundamental para evitar la formación de estrías. De hecho la recomendación de los especialistas durante el embarazo es contundente: evitar la exposición al sol, sobre todo en las horas centrales del día. ¿Significa eso que no puedo ir a la playa si estoy embarazada? Claro que no, de hecho, seguro que en la playa te encuentras fenomenal. Pero no te olvides de la sombrilla, y si puedes llevar cubierta tu barriguita, mejor que mejor. Además, no olvides aplicar un factor de protección alto (mínimo SPF 30) en todas las zonas que queden expuestas. La exposición solar puede acentuar las estrías previas, o subrayar las que estén en proceso de formación.