En mi blog hablo mucho del respeto a los niños y de la poca empatía que tenemos muchas veces con ellos. Pero ¿y nosotras?, ¿y vosotros papás?, ¿nos tenemos respecto? o ¿nos culpabilizamos de todo y por todo lo que hacemos en cuanto hacemos algo que consideramos no tendríamos que haber hecho?.
La presión parece que siempre la llevamos las mamás pero tengo que romper una lanza en favor a los padres que también están ahí sufriendo y a la vez disfrutando, al igual que nosotras y para los padres o las madres que no están porque no quieren estar, ellos se lo pierden.
Pero bueno a parte de esto, para los que estamos implicados al 100% con nuestros hijos y buscamos la mejor forma de hacer las cosas para no equivocarnos, nos debemos un respeto.
Últimamente es complicado, cuando se habla de algún tema concreto, lactancia, porteo, colecho, disciplina positiva, ¡cuidado con lo que dices!, en ciertos sitios casi es mejor ni hablar.
Sabéis cuál es mi posición en cuanto a la educación de mis hijos, me guío por la disciplina positiva y confío plenamente en sus principios. Pero esto no significa que la disciplina positiva sea lo que tenga que hacer todo el mundo y que quien no siga sus principios sea un mal padre y tengamos que tacharle de violento o del mal padre. No, ¿por qué?. Desde luego hay ciertos límites que no se pueden traspasar, pero al igual que no todos los niños son iguales, todos los padres no somos iguales.
Hay niños muy tranquilos con padres muy tranquilos que no se alteran por nada y que todo va como ruedas. Hay niños muy nerviosos con padres tranquilos que consiguen mantener un equilibrio. ¿Pero qué pasa cuando el niño y los padres son de "armas tomar"?, pues que se explota a cada momento. ¿Y por eso tenemos que tachar a esa madre o a ese padre de mal padre?. Pues hombre no, habrá casos y casos claro está, pero su esfuerzo es mucho más que el que es tranquilo y tiene un nene tranquilo ¿no?, vamos a darle un voto de confianza y a ayudarle, pero no hace falta que nos echemos encima como locos porque no comparta todos los principios que están establecidos como los perfectos y más divinos.
Y ya si hablamos de colecho, para que queremos más, madre mía, o eres de Estivil o eres de Carlos González, no puede existir un término medio. No vale que duerma un tiempo contigo y luego vaya a su cuna o su habitación, no, o te pones a contar los minutos que dejas llorar al niño o el niño tiene que dormir contigo hasta los 18 años. Vamos a ver que porque el niño llore un minuto porque está en su cama y tu tardas en levantarte hasta que llegas, no le pasa nada y porque duerma contigo si tu estás conforme con esa decisión y todo fluye bien tampoco, que somos muy exagerados a veces.
Y ya de lactancia para qué decir nada, solo es nombrar la palabra biberón y la liamos.
La conclusión a la que llego con esto que es lo que comentaba al principio es que no nos respetamos. Que tenemos mucha información para poder elegir y para saber qué es lo que realmente es bueno para nuestros hijos. La gran mayoría, afortunadamente, de los padres, buscamos lo mejor para nuestros hijos pero tenemos derecho a equivocarnos sin ser juzgados.
Así que aunque no estemos de acuerdo con la mamá del cole que va como loca gritando y corriendo detrás de sus hijos, no caigamos en pensar que nosotros somos mejores porque no lo haríamos así. Empaticemos con ella al igual que lo intentamos con nuestros hijos. Con esto no quiero decir que vea bien los gritos y que esté a favor, sólo digo que entiendo a esa madre.
Cada familia y cada persona tiene unas circunstancias distintas. Mira tus circunstancias y hazlo todo lo mejor que puedas, no seas estricta contigo misma, olvida la culpa y busca soluciones que sean respetuosas para tus hijos y para ti misma. Que el colecho esté genial no significa que para ti o tu hijo sea vuestra opción, quizás para tu hermano y su hijo sí lo sea, pero tienes que buscar tu propia opción. Que quieres dar el pecho y tu familia te presiona, pues sigue tu instinto y busca ayuda para conseguirlo. Que optas por biberón, hazlo sin sentir que es lo peor del mundo. Que cada caso es muy particular, cada familia es distinta, que cada momento es diferente y que cada vida lo es también.
Si lo que haces te sale del corazón estará bien hecho y no te arrepentirás.
¿Qué opinas?, ¿te respetas como madre?, ¿nos respetamos entre nosotras?.
Déjame un comentario con tu opinión, te estaré muy agradecida.
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