Me encanta leer con mi hijo libros que le hagan pensar y de los que surja la oportunidad de mantener una conversación sobre sus sentimientos y pensamientos. Son esos momentos en los que de pronto conectamos y que me dejan un buenísimo sabor de boca al final del día.
Hablo de libros que me hagan conocer un poco mejor su mundo interior a través de lo que me cuenta y que nos permitan hablar sobre emociones y trabajar algunos valores. Topito terremoto es uno de esos libros, como también lo ha sido, desde que cumplió dos años más o menos, El monstruo de colores.
La historia de Topito aborda el tema de la hiperactividad y está también escrita e ilustrada por Anna Llenas (Editorial Beascoa). Es una historia que nos toca cerca y que te hace empatizar con el protagonista, un topito tan simpático como despistado y movido que empieza mil cosas sin acabarlas y que no puede parar quieto, sobre todo en el colegio. Su profesora y sus padres están desesperados y sus amigos lo rehuyen y no quieren jugar con él porque es un pesado.
Topito ha terminado por creerse que algo falla en él, hasta que una maga del bosque que se parece mucho a una educadora brillante le brinda finalmente la escucha que necesita. Sólo así consigue descubrir su pasión para que se centre y termine su proyecto de fin de curso.
Este álbum (a partir de 4 años) no habla sólo de hiperactividad, sino también de diversidad y de rechazo escolar. Habla de padres superados por la energía de su hijo, pero también de esperanza, de respeto y de integración.
Todos estos conceptos fluyen de manera muy natural acompañados de unas ilustraciones deliciosas fieles al estilo de collage de Anna Llenas y plagadas de detalles en los que merece la pena detenerse, como las madrigueras de los vecinos, las constelaciones o los juguetes y materiales que tiene la maga del bosque. La referencia al arcoiris Waldorf, por ejemplo, me ha encantado.
Topito tiene mucha energía desbocada, pero al final consiguen encarrilarla. El álbum es una buena oportunidad para hablar también de nuestras debilidades y fortalezas, para trabajar la empatía y el respeto a los niños a los que les cuesta más esfuerzo estar quietos, como también leer, comunicarse de forma oral o practicar un deporte.
Topito Terremoto es un título necesario para hablar de diversidad e integración y se une a referentes como Por cuatro esquinitas de nada (qué maravilla explicar algo tan complejo de manera tan sencilla), El cazo de Lorenzo (viva el simbolismo), Elmer u Orejas de mariposa.
¿Lo habéis leído?
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