Esto es un poco como las cremas del mercadona cancerígenas, esas que hasta que no lo han dicho en el telediario a todos nos parecían maravillosas y que una vez pasó la neura, se siguen utilizando igualmente.
Por supuesto que hay metales pesados en los peces, en los cereales e infinidad de aditivos tóxicos en la comida que ingerimos diariamente. Creo sinceramente, que el arsénico en este caso es el menor de los problemas alimenticios de los bebés de hoy en día. Os habéis parado a pensar la cantidad de azúcar que ingieren desde antes que les salgan los dientes? Cada vez que un niño da un poquito de guerra, se le da una galleta. La semana pasada me preguntaron en la escuela que a ver qué podían darle a Irene si no eran galletas o pan. Puedes traer tortitas…. Tortitas? No gracias. Dale fruta, o jamón de bellota, o coco, o aguacate, o pepino…. Se muere por un trozo de pepino.
Los niños no nacen sabiendo qué les va a gustar y qué no, pero si les escondemos los sabores reales de la comida con salsas, galletas, o rebozados, provocaremos más de un problema a la hora de alimentarlos.
Dejando las alarmas a un lado y siendo conscientes de la sociedad en la que vivimos, estoy de acuerdo en que no podemos – ni debemos -controlar todo lo que hacen nuestros hijos, pero teniendo en cuenta que lo que hagamos con su alimentación los dos primeros años de vida marcarán su salud adulta, déjame que evite que se coma una bolsa de gusanitos a las diez de la mañana. Para distraerla prefiero prestarle atención. No es necesario cebarles.
Os invito a leer los ingredientes e investigar un poco sobre los que sois incapaces de descifrar.
Por si no has leído el artículo sobre las tortitas de poliespán, te lo dejo aquí.
Artículo sobre el arsénico en las tortitas
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