Horas después, cuando sus familiares estaban en el tanatorio, "empezaron a darse cuenta de que había ruidos y movimientos y al destapar la pequeña caja se dieron cuenta de que la niña estaba llorando", explican las autoridades.La recién nacida fue trasladada a un hospital privado de Tulancingo, donde permanece "estable" y su estado de salud es bueno, mientras que la doctora que decretó su muerte y el equipo médico ya han sido apartados del servicio.
Las autoridades han abierto una investigación para depurar las posibles responsabilidades del hospital y de quienes atendieron el parto, que podrían haber incurrido en un delito de responsabilidad profesional.
Todos estos antecedentes, las elevadas estadísticas de mortandad y la falta de latido cardiaco llevaron a la doctora a firmar el certificado de defunción y a ordenar su traslado al mortuorio.
"No sabemos en qué momento se restableció la función cardiaca y pulmonar", añadió. El responsable del centro médico supo pronosticar qué secuelas podría tener la bebé tras lo ocurrido "porque sus órganos están inmaduros". BQM