Una semana antes de que finalizara el ciclo escolar y los niños tuvieran sus vacaciones oficiales, decidimos ir a Acapulco. La idea principal era ir los 4 a Cancún, pero en lugar de eso, Edgar tuvo una fantástica idea: llevar a nuestros padres con nosotros, entonces cambiamos el destino y ajustamos el presupuesto para ir todos. Mi suegro no pudo acompañarnos, sin embargo fueron mi cuñada y mi suegra, mis papás y mi hermana.
El viaje fue un poco largo, aproximadamente entre 6 y 7 horas, pero Isabel se portó de maravilla y durmió la mayor parte del camino.
Llegamos por la mañana al hotel y ese día decidimos no ir al mar para quedarnos todo el día en la alberca del hotel. Claro que como el hotel se ubica en el centro, salimos a caminar al mercado, y a recorrer el centro de noche, pues nos encanta ver los establecimientos llenos de gente, y las calandrias con sus hermosas luces coloridas recorriendo la gran avenida. ¡Estamos enamorados de Acapulco! ¿Y cómo no? Si allí hicimos nuestro primer viaje juntos como novios y fue una autentica luna de miel, la belleza del sitio es acompañada por aquellos gratos recuerdos que Edgar y yo conservamos.
Constanza la paso fascinada en la piscina, ya sabrán lo que cuesta sacarla, prácticamente no quiere salir del agua en todo el día. El primer contacto de Isabel con la alberca fue maravilloso, no se asusto ni le disgusto el agua, por el contrario parecía encantada y paso un buen rato entre carcajadas mientras descubría que con sus manitas podía chapotear. Todos estaban embobados viendo a Isabel disfrutar la piscina.
Llegamos un jueves y regresamos el domingo. Viernes y sábado visitamos alguna playa por la mañana y finalizamos la tarde en la alberca del hotel.
A Isabel también le agrado su primer contacto con el mar, sin embargo decidimos no exponerla mucho tiempo pues iba con rozadura y temíamos que la sal del mar y la arena le causaran molestia alguna. Y pese a su rozadura en ningún momento estuvo irritable o chillona, es una gran bebé.
El día sábado tuvimos una mala experiencia en el mar, pues Constanza nos dijo que algo le había picado, la piel de su cuello se puso roja y con salpullido y mi niña se puso a llorar, preguntamos con los lugareños qué pudo haberle picado y nos dijeron que lo más probable es que la hubiera picado una "malagua" (algo así como una pequeña medusa), nos recomendaron no untarle nada y esperar algunos minutos para que las molestias pasaran. Después preguntamos con alguna persona del servicio médico y la indicación fue parecida, en pocas palabras no había que preocuparse, solo esperar. Y así fue, al cabo de algunos minutos, la molestia se fue y su piel fue recuperando la normalidad. Evidentemente Constanza no quiso saber nada más del mar.
El domingo finalizamos con un buen desayuno y dijimos adiós a nuestra aventura playera.
Fueron unas excelentes vacaciones que disfrutamos mucho. La realidad es que tenía otras expectativas: ya saben, imaginaba hacer un montón de sesiones fotográficas en la arena, y la realidad es que apenas si pude sacar la cámara, la mayoría del tiempo me dediqué a disfrutar a las niñas y de lo último que nos acordamos fue de las fotos, así que podría decir que la realidad supero a las expectativas.
Por otro lado, descubrí que no es lo mismo ir con un niña que con dos. En definitiva si no fuera por el gran trabajo en equipo que hacemos mi marido y yo, estaría perdida. El se quedaba con Constanza a jugar en la alberca mientras mamá tenía que hacer repetidas salidas del agua para cambiar el pañal a Isabel, darle de comer, dormirla o bañarla. No es lo mismo con Constanza que puede estar todo el día metida en el agua y hacer contadas salidas sólo para comer algo rápido, que con Isabel a la que no podíamos tener todo el tiempo en la piscina.
Lo indispensable para el viaje
Mi primer artículo indispensable es el bloqueador, y vaya que resultaron buenos pues por primera vez regresamos sin quemaduras ni molestias en la piel.
Para Constanza usamos "Nivea Sun Kids Swim & Play" y para Isabel "Dody´s Baby".
Cargué con un montón de mamilas para no tener que preocuparme porque se acabaran rápido y no poderlas esterilizar. Siento que con el calor la bebé tenía que estar muy bien hidratada, y dar el pecho saliendo del mar, llena de sal y con quién sabe que otras sustancias no me parecía tan buena idea.
Unas buenas gorritas para cubrir a Isabel del sol y gafas para las tres, aunque Constanza jamás quiso ponerse unas. Esta ha sido nuestra primera parte.
Estén pendientes mamitas pues por primera vez tendremos #sorteo en el blog, y vienen muchos más. Estamos muy emocionados de contar con ustedes y por eso queremos consentirlas.