Desde hace algunos años que fuimos a cortar nuestro árbol al bosque de los árboles de navidad y desde entonces se ha vuelto una bonita tradición familiar.
Siempre llegamos al bosque de los árboles que es un lugar enorme que cuenta con cientos y cientos de pinos. Se respira el aire limpio y se puede disfrutar de una panorama verde totalmente encantador. Mucha gente opina que no es bueno cortar un árbol por lo mucho que tarda en crecer, lo cierto es que en este lugar todo el año se hacen trabajos de reforestación y los árboles vuelven a crecer sobre el tronco sembrado. Sí no estuvieran preparados para esto, su negocio terminaría cuando ya no hubiera más árboles que cortar pero se trabaja duro para que el bosque se conserve siempre verde, además te regalan un árbol pequeño para que lo siembres donde consideres que haga falta plantar un árbol. Una vez que has comprado tu árbol te regalan la entrada a la Hacienda Panoaya, otro magnífico lugar en donde puedes realizar un montón de actividades:
Recorrer el fantástico laberinto inglés
Subirte a la tirolesa
Dar un paseo por el lago
Nadar en la alberca techada
Darle de comer a los venados y demás animales que hay en el lugar
Recorrer la Hacienda Panoaya (lugar dónde creció Sor Juana Inés de la Cruz)
Visitar el museo del volcán
Entre otras tantas actividades con las que cuenta el lugar.
Hace un año fuimos con Isabel así que esta vez ha sido su segunda visita y de Constanza la tercera o cuarta. Hemos llevado a mi abuelita y hemos pasado una tarde estupenda aunque el lugar estuviera con mucha gente.
Yo he aprovechado para dejar a Isabel andar por el pasto y he aprovechado para tomarle muchas fotos. ¿A ustedes les gustan los árboles naturales? ¿Han visitado Panoaya? Sí no lo han hecho, les recomiendo esta experiencia ampliamente.