Muchas veces se acaban las vacaciones y en realidad no sé ni en qué se me fueron tantos días. Literal, me dedico a descansar, pero las niñas a veces no están tan divertidas. A diferencia de otras ocasiones, hoy descansamos menos y las niñas se divirtieron más.
Los primeros tres días de la primera semana los ocupamos arreglando la casa, y alistando maletas. Sí, ese es el promedio de días que necesito para garantizar que nada importante se me olvidé al salir de viaje, y aún así, olvidé la toalla de Isabel que quería llevar. Nada que no se pudiera solucionar, simplemente llevamos otra. Los cuatro días restantes fueron de delicia total en la playa.
Mis papás nos invitaron a Acapulco, cosa rara porque a ellos no les gusta viajar en plena Semana Santa por la gran afluencia de personas que hay en los destinos turísticos. No lo pensamos dos veces, Constanza inmediatamente se emocionó.
Y aunque el trayecto fue largo por culpa del tráfico, las vacaciones bien valieron la pena. Nos hospedamos en un departamento que rentaron mis papás, y las habitaciones tenían una vista espectacular. La verdad es que me relajaba demasiado acostarme y contemplar a lo lejos la inmensidad del mar rodeada de imponentes rascacielos. Fue una delicia contemplar el anochecer y el amanecer desde aquel lugar.
A diferencia de los hoteles, había poca gente en el desarrollo, o esa impresión me dio pues siempre pudimos disfrutar la alberca sólo para nosotros.
Teníamos un poco de miedo de meter a Isa a la piscina. Nuestras vacaciones de Diciembre fueron una pesadilla pues Isa iba enferma y conforme pasaron los días todo se fue complicando. Como nuevamente Isa había estado enferma de la gripa, temíamos que de nuevo todo se complicara. De hecho habíamos decidido desistir del viaje si Isa continuaba enferma, pero fue mejorando al paso de los días y la playa le cayó de maravilla.
Desde muy bebé Isa ha disfrutado mucho de la arena, y no fue la excepción. Se dio una súper revolcada. Y yo estaba fascinada porque en vísperas de la Pascua, la playa ¡estaba llena de huevos ocultos entre la arena! Ya sé que por ahí había gallinas, pero me entusiasmaba cada vez que mis hijas jugando encontraban un huevo enterrado entre la arena.
Ya se imaginarán, ambas chiquillas disfrutaron en exceso la piscina. No querían salir de ella. Eso sí, Isabelita no quería utilizar los flotadores ni el salvavidas, sólo quería estar en brazos de todos.
Disfrute mucho esos días junto a mi esposo, las niñas, mis hermanas, mis papás y mi abuelita.
La siguiente semana fue reacomodar y lavar ropa los primeros días. Para el día jueves le pedí a Edgar que me ayudara a ponerles la alberquita a las niñas. Y por supuesto, fue mi cómplice. Así que fue otro día de agua y diversión. Además cuando ponemos la piscina, inmediatamente se acercan los vecinos curiosos que quieren divertirse junto a las niñas, así que tuvimos alberca llena, casa empapada y papás que terminaron agotados. Lo fácil es poner la alberquita, lo difícil después es vaciarla, tratando de aprovechar lo más que se pueda todo el agua, lavarla, ponerla a secar y guardarla nuevamente. Para no tirar el agua, regamos el pasto y todas nuestras plantas. me puse a lavar juguetes, un poco de ropa, el patio y a trapear tooooda la casa. Terminé exhausta.
Unos días antes de concluir las vacaciones, fuimos invitadas por parte de Mom´s Club a un evento de grupo Vinci y Dixon que Isabel disfruto al máximo.
Finalizamos las vacaciones con la invitación de los abuelos al cine, y el domingo a desayunar a la plaza e ir de compras. La verdad es que los abuelos nos súper consintieron y disfrutamos mucho las vacaciones.
Necesitaba ese respiro para conectar con mis hijas y retomar fuerzas para finalizar el ciclo escolar.
Había estado con algo de "flojera" para retomar el blog, pero ya hemos recargado pilas y ahora a contínuar.
Ustedes cuéntenme qué hicieron en sus vacaciones.