Estoy muy contenta de tener a mis dos renacuajos, pero volver a pasar por los crudos primeros meses de un bebé no es nada fácil.
Vuelta a las ojeras, a dar biberones a las 2 de la mañana, y a las 4, y a las 6... vuelta a cargar con el carrito para arriba y para abajo, vuelta a la censura de cenitas fuera, vuelta a salir lo menos posible para que la niña esté tranquila, vuelta a estar lavando todo el día biberones, vuelta a no tener vida después de la cena (con mucha suerte a veces podemos ver algún capítulo de una serie), vuelta a estar cansados a todas horas, vuelta a lavar baberos por un tubo, vuelta a los llantos diarios, vuelta a los cólicos, vuelta a los pañales... Y a todo esto, le sumamos un niño de 3 años, lo que complica por 2 algunas cosas.
Con la pequeña me pasa igual que con mi primer hijo, no disfruto los primeros meses, son sacrificados y terribles. Quizá haya gente que lo viva con mucha ilusión y fuerza como en los anuncios de Nenuco, pero no es nuestro caso, vamos tachando los días en el calendario hasta llegar al menos a los 4-6 meses.
En esas noches en las que se retuerce por los cólicos y no nos deja dormir, o simplemente no puede volver a dormir (sí, eso también se aprende), me consuela pensar que al final el resultado es muy bueno y lo vemos reflejado en su hermano :)