Me encuentro en una etapa (espero que lo sea) árida de mi vida como madre. Sin ninguna motivación aparente fuera de los pequeños gustos que trae el día a día con los niños. Cómo decía arriba, no sé si es porque ya es fin de año y me faltan vitaminas, o quizá porque mi tiroides está mal y las hormonas me están jugando una mala pasada. Pero, yo que no me perdía una, ya ni ganas de salir a la calle tengo. Es un suplicio ir a fiestas, talleres, charlas, actividades y shows (ojo, salvo que mis hijos sean los protagonistas, ahí sí se me vienen todas las ganas del mundo de participar y madrugo para sentarme en primera fila).
No sé qué me está pasando, y la verdad es que no me gusta. No sé si a todas les pasa, o si a alguien ya le pasó antes. En mi caso, es la primera vez que estoy tan cansada y aburrida. ¿Por qué no decirlo? Aburrida y cansada. Quizá, esta rutina de ser mamá ya caló en mí. Quizá esta "jornada atípica" de trabajo de 24 x 7 x 365 ya hizo mella. Y la escasez de adultos interesantes (léase pares) con las que conversar en mí día a día de madre hace que mi motivación para participar en actividades se reduzca aún más. Pero, Uds. dirán, y ¿tus amigas? Sí, mis amigas están bien, gracias. Y cada una, está en su nota. Muy pocas tienen hijos. ¿Acaso no hay alguna otra gente con quien puedas conversar de algo? Y sí, si hay, supongo. Tendré que buscarlas.
¿Y el hastío? Espero que ya pasará, ¿no? Por lo pronto, estoy tomando vitaminas y con una actitud más relajada frente a mis obligaciones. Si llegan tarde al colegio/nido, pues llegan. Ya no grito, ni me estreso, ni corro como una loca. Si no comen toda su comida, les doy sus gomitas multivitamínicas y me quedo tranquila. Si la chiquitita no duerme en la noche, pues será vampira. Ya no me estreso. Si la tarea no está lista y perfumada para el día correspondiente, pues no me importa, total, yo ya terminé el colegio. Es deber de mi hijo terminarla. Quien sabe, quizá con esta nueva actitud recobre mi energía (o por lo menos mi buen carácter). También, estoy haciendo más deporte y estoy planeando una escapadita con mi marido? aunque pensándolo bien, ¿los maridos no dan casi tanta chamba como un hijo? Aquí entre nos, el mío sí. Así, que quizá una escapadita solita con algunas amiguitas, a tomar un traguito y conversar un poquito...
Ahhh, creo que ya recuperé la energía.