Más o menos uno de cada tres niños sufre este problema. Su diagnóstico y tratamiento es fundamental desde que son pequeños, puesto que en un futuro puede derivar en trastornos alimentarios, jaquecas, conductas del aprendizaje e incluso consecuencias que influyan en la desestabilización familiar con el entorno.
En la mayor parte de los casos es complicado detectarlo, puesto que para los padres, sus hijos, siempre "han dormido mal" y no lo consideran como un problema. Normalmente, podemos darnos cuenta de que nuestro hijo sufre de insomnio siempre que veamos que se irrita con facilidad, es hiperactivo y tiene una gran dependencia de sus padres. No tiene porque ser esta enfermedad, pero son síntomas que deben ponernos en alerta.
Si sois conscientes de que vuestros hijos padecen de insomnio, no os preocupéis, siguiendo unas pautas se puede vencer sin problemas. Lo más importante es establecer un hábito de horarios, acostarse más o menos a la misma hora todos los días. También, realizar un poco de ejercicio y no ir nunca a la cama con hambre, que hará que les cueste mucho dormir. Por último, debemos tener en cuenta las condiciones del dormitorio que debe tener poca luz y ser un ambiente fresco a la hora de dormir.
¿Conocéis algún caso de insomnio infantil?
Fuente: La Razón
Imagen: JORGE RAVINES/flickr