Pero como la crisis actual ha supuesto que todos 'miremos un poco más el bolsillo' antes de invertir dinero, te contamos algunas pautas para que la que ahorre en casa no seas solamente tú.
Más fácil de lo que parece
Hay mil y una formas de ahorrar. Sólo se trata de elegir el método más eficaz y de mantenerlo en la medida de lo posible.Si tus hijos y sus gastos suponen para ti uno de los agujeros negros de esta cuesta de enero, edúcales para que aprendan a valorar el dinero y ser consecuentes en épocas difíciles.
No se trata de repetir a tus hijos hasta la saciedad todo eso que ellos tienen ahora y de lo que tú carecías a su edad sino, de educarles haciéndoles ver que el dinero cuesta trabajo y que está para disfrutarlo, pero con medida y con una actitud responsable.
A la compra, mejor solos
Parece algo muy evidente, pero a veces es un verdadero triunfo mantener a los niños a raya sin que te cueste más de un quebradero de cabeza o discusión acalorada con ellos ¿verdad?Intenta no ir con ellos a la compra pues esa es una de las principales situaciones donde se puede ahorrar verdaderamente. Si vas con tu pareja y con una lista de las cosas imprescindibles, no tendrás que discutir con nadie acerca de la necesidad de meter en el carro de la compra caprichos innecesarios.
Enséñale el valor del dinero
Quizá no te lo hayas planteado aún pero tus hijos pueden estar en la edad idónea para diferenciar entre monedas y billetes o entre tarjetas de crédito, débito y préstamos bancarios. Poco a poco y de una manera dinámica, ellos aprenderán que los padres no sois ‘un pozo sin fondo’ al que siempre se puede recurrir.Emplea una de estas tardes de invierno sin mucho que hacer para ponerte con tu hijo a repasar los diferentes billetes y monedas y su correspondiente valor adquisitivo.
Si es algo mayor, invítale con un presupuesto semanal no muy elevado a que se organice durante la semana. Hazle ver que, a muy reducida escala, es lo que hacéis los padres para llegar a fin de mes y que todos estéis contentos, comáis, durmáis, vayáis al colegio y al trabajo y un largo etcétera de tareas rutinarias.
Con hijos adolescentes, quizá sea el momento más oportuno para animarles a que busquen un trabajo a media jornada que compatibilizar con sus estudios. Preséntaselo como algo normal, que hacen los chicos de su edad y que, además de ayudarle a organizarse y madurar como persona, le permitirá darse ciertos caprichos que vosotros no le podéis ofrecer.
Querer y necesitar
Explícale que existe un matiz entre aquello que deseamos y aquello que podemos tener o a lo que realmente podemos acceder.Es importante además, que las cosas de las que ahora disfruta, como un coche con calefacción que le transporte, o unas vacaciones en un apartamento con su familia, ya es un verdadero lujo que no todos los niños del mundo poseen, ni siquiera la mitad.
Los niños han de aprender a ser solidarios y a valorar que tienen. No se trata de que le bombardees diariamente con el hambre que se pasa en muchos países peros sí de que desarrolle el sentido del realismo y de la solidaridad.
Ahorrar por imitación
En ocasiones, la mejor manera para que un niño aprenda cierta actitud que pretendemos inculcarle es la propia imitación de los más mayores.Los padres sois el foco de educación más importante para los hijos. Aunque cumplís funciones diferentes que los profesores en sus colegios, sois los principales emisores de valores y conducta positiva para ellos.
Si os ven ahorrar, acabarán ahorrando casi por sistema, al haberlo aprendido en casa. Así que, ten en cuenta que tu hijo está viendo cómo te comportas económicamente. Todos los hábitos que tengais y hagais con él, va a considerarlo como patrones de buena conducta porque lo hacen sus padres, así que de ti y de tu pareja dependerá el enseñarle a administrarse o a despilfarrar.
Consejos para ti
Suprime de tus tareas esos caprichos que no suponen tanto esfuerzo para ti pero que, a final de mes, notarás en el bolsillo que han desaparecido.El café en el bar de al lado del trabajo, ir en coche a trabajar en vez de utilizar el metro o el autobús, esperar para apuntarte a ese curso de literatura que tanto te apetece pero que sabes, te viene peor que nunca en estos momentos.
La vida consumista y de apego a lo material que caracteriza a Occidente, nos hace creer que ciertas conductas o tareas que realizamos diariamente son necesarias para nuestro bienestar físico y psicológico y no es así.
Plantéate ahora, más que nunca lo que es verdaderamente importante. La salud de los tuyos, la unidad familiar, las buenas relaciones en el trabajo, con tus amigas. Da valor a las cosas que realmente lo merecen, se paciente y ponle buena cara a los malos tiempos. Ya sabes lo que reza el refrán: ''después de la tempestad viene la calma.