“Somos lo que comemos” es un refrán que todos conocemos pero que, a veces, parecemos olvidar. Efectivamente, desde que nacemos, nuestra alimentación influye de manera decisiva en nuestra salud y bienestar.
En los niños, un correcto desarrollo viene dado por un adecuado aporte de energía, que pueda cubrir las necesidades básicas, la demanda de energía que supone crecer de forma continuada y la que requiere su actividad física.
La principal fuente de energía es a través de la alimentación. Como todos los hábitos, una buena alimentación debe formar parte de nuestro día a día. Para conseguir una alimentación saludable, ésta debe seguir ciertas pautas que se pueden resumir en este listado:
1. Horarios y familia: Respetar unos horarios regulares de alimentación para las principales comidas del día, es decir, el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena, ayuda a adquirir un buen hábito alimentario. Por otro lado, un hábito es más fácil de adquirir si es compartido, por lo que comer en familia es muy recomendable.
2. La pirámide de los alimentos (1): representa, en su proporción y frecuencia adecuada, los alimentos que deben formar parte de una dieta sana y equilibrada. En la base aparecen los alimentos que conviene tomar a diario, y en el vértice, aquellos que deberíamos tomar ocasionalmente. Los carbohidratos son el alimento más básico, incluyen pasta, pan y cereales, ricos en fibra. Le siguen las verduras, frutas y hortalizas, ricas en vitaminas y minerales. Las proteínas están presentes en carne, pescado y legumbres. Los lácteos son ricos en calcio, vitaminas y proteínas, por eso son tan necesarios en la etapa infantil. Una alimentación equilibrada y saludable requiere la toma de 2 o 3 raciones de lácteos al día.
3. Cinco al día (2): El consumo mínimo diario recomendado por la comunidad científica ysanitaria es de 5 raciones entre frutas y hortalizas. Una ración equivale a un plato pequeño de verdura u hortaliza cocida, un plato grande si es cruda –como la ensalada–, una pieza mediana de fruta, o un vaso de zumo de fruta natural.
4. Hidratación: El agua es el líquido más adecuado en la alimentación de los niños. Proporciona la hidratación que el cuerpo necesita para funcionar correctamente.
5. Poco y frecuente: El estómago de los niños es pequeño y se llena con facilidad. Además, hay que tener en cuenta que se distraen con facilidad. Por lo tanto, es preferible ofrecer cinco tiempos de comida menos abundantes y variada, en lugar de tres o cuatro comidas más copiosas. Se recomienda un desayuno completo temprano, una pieza de fruta a media mañana, un almuerzo ligero, una merienda y una cena.
Recuerda que además de una alimentación variada y saludable, el hábito del ejercicio físico también forma parte de un estilo de vida saludable que ya debe empezar a establecerse desde la infancia.
Por último, hay que tener en cuenta que, en el contexto de una dieta equilibrada, donde contribuyen muchos grupos de alimentos que aportan diferentes nutrientes, la leche y los
productos lácteos son indispensables en la alimentación infantil.
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