En general, cuando escuchamos decir a nuestros hijos que se aburren nos echamos las manos a la cabeza, lo asociamos a un estado de tristeza, decaimiento, etc y la tendencia, donde me meto yo también en muchas ocasiones, es cubrir ese estado de “aburrimiento” con cualquier juguete, etc que por otro ratito los tenga entretenidos, temiendo que vuelvan a caer en el aburrimiento.
Con esto me acuerdo del comienzo del curso escolar de Vera, cuando todo el mundo me preguntaba si no pensaba apuntarla a clases extraescolares, que aprendían mucho, que sino se aburriría, etc y yo pensaba que si estar en casa o salir a pasear, ir al parque, etc es un motivo de aburrimiento, pues prefieron que se aburran de eso que no de pasar todo el día debajo del mismo techo del cole, tanto por la mañana como luego en las clases extraescolares.
Llevamos un ritmo de vida tan rápido con tan pocos tiempos de pausa o relajación que al final entramos en una especie de círculo en el cual siempre necesitamos estar haciendo algo. Yo reconozco que cuando llega el viernes por ejemplo, me lleva unas pocas horas hacerme a la idea de que estoy de finde y que ya por fín puedo relajarme o dedicar mi tiempo con la mente al 100% en ello, en hacer algo que me guste como dar un paseo o simplemente estar por casa tranquilamente.
En el caso de nuestros hijos ocurre más de lo mismo. Están tan acostumbrados a que todo lo hacen prácticamente corriendo, que cuando por un momento no encuentran nada para hacer y hay un tiempo de tranquilidad, lo suelen asociar al aburrimiento. En este caso, ¿qué podemos hacer?
Pues bueno, aquí entra la opinión de cada familia sobre qué hacer en cada caso. En mi caso, soy más partidaria de dejarlas estar y que descubran algo que hacer por sí mismas. Siempre surge alguna ocurrencia. Pero para esos casos en los que el aburrimiento llega ya al límite de empezar a derivar en enfado no está de más ayudar a que piensen algo para hacer o bien ofrecerles una serie de alternativas para que tomen sus propias decisiones y elijan.
ELABORANDO EL TARRO CONTRA EL ABURRIMIENTO
Una de los últimos recursos que hemos creado para casa y también me he hecho otro para el colegio, ha sido el Tarro contra el aburrimiento. A muchos ya os sonará. Para los que aún no los hayais visto, deciros que consiste en decorar un tarro pudiendo elegir cualquier tamaño, color, etc ya que hay tantos tarros como ideas se ocurran; en este tarro se van a incluir trocitos de papel de colores y en cada uno de ellos se escribirá una idea o alternativa contra el aburrimiento.
En nuestro caso, las ideas las hemos escrito en palitos de colores (los típicos de los médicos) con la ayuda de Vera, en casa, y de los alumn@s, en el cole. La verdad es que les ha llamado mucho la atención y les ha gustado ver que cuando acaben el trabajo que se les ha planteado, podrán escoger entre alguna de las opciones que saquen. Nosotros lo hemos planteado de manera que cada alumno saque dos palitos y de ahí, escoja la opción que más le atraiga para ese momento.
Dependiendo de si el tarro se va a hacer en casa o en la escuela, se pondrán ideas que se vayan a poder llevar a cabo en cada espacio. Algunas de las ideas que nosotros hemos recogido han sido las siguientes:
-Hacer un dibujo
-Escuchar música que ellos deseen
-Hacer algún pasatiempos
-Elegir un libro para leer
-Hacer un collage con fotografías o recortes.
-Jugar con la plastilina
-Hacer un puzzle
-Cocinar alguna receta sencilla
-Jugar a formar palabras nuevas
-Inventar un baile para luego bailarlo entre todos
-Elegir un disfraz
-Hacer un dibujo para los abuel@s y tit@s
-Regar las plantas
-Ir al parque
-Montar en bicicleta o patinete
-Elegir un juego de mesa
-Pintar en la pizarra de juguete
-Crear un maquillaje de cara divertido
-Ver un video sobre un tema que le guste
-Dibujar siluetas de objetos
¿Qué os parece? ¿Lo habeis probado en casa o en el aula? ¡Se aceptan comentarios y sugerencias!
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