¡Qué aburrimiento! De Henrike Wilson y ediciones Lóguez es uno de esos álbums ilustrados que nos permitirá explicar a nuestros hijos lo necesario que es aburrirse. Sí, tal y como argumentan muchos expertos, el aburrimiento es necesario e imprescindible, fundamental para que surja la creatividad aunque ésta sea una sensación que no gusta nada a los niños.
Sobre la historia.
El protagonista de este bonito cuento ilustrado es un pequeño oso que, al igual que les ocurre a nuestros hijos, se encuentra aburrido en el bosque en el que habita sin saber qué hacer. Todos sus amigos y familiares estan ocupados y no encuentra con quién jugar. Sin duda una historia que cualquier padre o madre le resulta familiar.
Efectivamente, nuestro amigo osito, va en busca de uno y de otro sin que nadie pueda prestarle demasiada atención. Finalmente, cansado de ir de un lado a otro, se deja llevar por el aburrimiento y descubre maravillado todo lo que se esconde a su alrededor. Cosas que nunca antes habia visto ni imaginado por haber estado siempre ocupado.
La necesidad de aburrirse.
En ocasiones los padres tenemos miedo a que nuestros hijos se aburran porque pensamos que el aburrimiento es malo. Hemos relacionado esta sensación de cierto malestar a comportamientos negativos, y es cierto que de algún modo cuando niños se aburren suelen dejar de portarse bien. Por eso intentamos lleganrles las agendas con todo tipo de actividades. Pero la verdad es que los niños necesitan aburrirse para desarrollar su imaginación. Necesitan que los adultos dejemos de decirles qué deben hacer y qué no, necesitan que les dejemos espacios sin ocupar, sin extraescolares ni pantallas que les limiten su capacidad imaginativa
Porque para poder ser creativo, para poder imaginar nuevas cosas hay que tener tiempo y dejar de hacer una cosa tras otra sin parar. Por eso es necesario aburrirse, para poder sacar algo divertido de la nada, igual como hace el protagonista del cuento que hoy reseñamos en Mamá Psicóloga Infantil.
Con ¡Qué aburrimiento! Tendremos una gran oportunidad de hablar con nuestros hijos sobre esta emoción, que al igual que el miedo, la alegria o cualqueir otra de las emociones que sentimos tiene una función adaptativa. En este caso, el aburrimiento nos ayuda a buscar cosas nuevas para hacer. ¡Emocionante!
Y tu, ¿dejas que tus hijos se aburran o les planificas cada minuto?
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