Los postres con frutas, especialmente con manzana, siempre me han encantado, supongo que porque recuerdo aquellas tartas deliciosas que nos hacía mi padre ( y nosotras con él) y que algún día repetiré con Amanda.
Pero esta no es su receta, la receta "familiar", sino una variante de otra nos enseñó una compañera de un curso de de inglés, y que he adaptado un poco para hacerla más a mi manera.
Es un postre rápido de hacer, sencillo y que queda delicioso, por lo que es ideal para un desayuno sorpresa o para aprovechar unas manzanas que se van a poner feas. También puede llevarse a una merienda campera o una cena de amigos porque no necesita frío.
INGREDIENTES:
1 plancha de hojaldre
3-4 manzanas reineta o cualquier variedad roja sin ceras ni pesticidas (Fuji, Starking, Royal Gala...)
4-5 cucharadas de azúcar moreno de caña o panela.
1 vaina de vainilla
1 cucharada de agua
zumo de medio limón que sepa a limón
1 huevo de gallinas felices
Sacar el hojaldre de la nevera para que vaya templando.
Pelar las manzanas, descorazonar, cortar en trozos y poner a calentar 30-40 minutos a fuego suave junto con 4 cucharadas de azúcar, el zumo de limón, el agua y la vainilla, removiendo de vez en cuando pero sin romper del todo las manzanas.
Retirar del fuego y dejar templar.
Poner el horno a precalentar a 200 grados.
Extender el hojaldre, que puede ser redondo o cuadrado.
Dividir el hojaldre en tres partes como se ve abajo, pero sin cortar (sólo haremos una marca): la banda central será donde pondremos el relleno y las dos laterales será las que usaremos para cubrir.
Las dos bandas laterales las cortaremos como si fuera un "peine" a cada lado con tiras de aprox. 1 cm.
Una vez cortadas las tiras echamos el relleno, sin añadir todo el líquido aunque si un poco. Podemos cubrir el relleno con poco más de azúcar, con canela o incluso con un chorrito de ron, aunque lo ideal es que sepa mucho a manzana.
Una vez terminado el relleno se va cerrando trenzando las tiras, tomando una de cada lado de forma alterna para que las manzanas puedan respirar pero queden cubiertas a modo de trenza.
Una vez terminado la trenza queda totalmente cerrada como se ve abajo.
Se bate el huevo y se pinta el hojaldre con el huevo y se espolvorea con azúcar o con azúcar glass que podemos hacer nosotros picando con el robot el azúcar integral. Esto se hace para que el color final quede dorado, por lo que si no queréis añadir huevo podéis hacer un jarabe suelto con el azúcar y pintarlo con este jarabe.
Se baja el horno a 180 grados y se mete el hojaldre a altura media, que estará hecho cuando el color y la textura sea la propia del hojaldre (unos 20 minutos aprox.).
Este hojaldre, gracias al jugo de las manzanas que hemos obtenido al principio, será un hojaldre jugoso (no seco), fácil de comer y muy ligero.
Ideal acompañar la trenza de helado de vainilla, aunque solo está delicioso.
Como variante podéis hacer trenzas individuales usando hojaldre rectangular (que se aprovechará mejor) y cerrando la misma forma.
Qué, ¿os animáis a hacerlo?