Desde hace unos cuantos fines de semana por casa, religiosamente, se escuchan tracas y petardos, al salir a la calle te encuentras pétalos y pétalos de rosas invadiendo la plaza. Estamos rodeados de comuniantes, decenas de niños entre los 8 y los 10 años confirman su fe en Dios. Curioso a los 15 no saben qué rama elegir para entrar en el Bachillerato pero a los 8 tienen clara la existencia de Dios, sin ni siquiera conocer que no todos creemos en el mismo.
Sí, lo sé. Ahora mismo muchos dirán:
ya está la atea de Elva soltándonos la charla
Sí, soy atea pero de la misma forma que respeto las ideas políticas de la gente, aunque sean totalmente contrarias a las mías, respeto a los creyentes. Mi madre lo es, mi padre no, así que había un 50% de posiblidades de tirar hacia un lado o hacia el otro. Yo salí a mi padre, y aún a estas alturas me planteo por qué hice la Primera Comunión, la cual también fue la última. Nunca jamás he vuelto a comulgar y nunca jamás he vuelto a confesar mis pecados.
¿Mis pecados? ¿Qué pecados habré cometido yo? Más aún, si yo no creo haber cometido pecados, ¿qué pecado ha cometido un niño de 8 años? ¿Alguien me lo puede explicar? Porque yo recuerdo, como si fuera hoy mismo, estar en la cola para confesar junto a mis compañeros de clase y estar planteándonos qué contarle al cura. Y sí, recuerdo como un compañero decía: le voy a decir que le pegué a mi hermano. Y preguntarle: ¿Y si te lo inventas no es pecado?
¿De verdad es necesario hacer pasar a los niños por eso? ¿Por qué? ¿Qué sentido tiene? ¿De verdad esa es la fe?
Fe. ¿De verdad que a los peques les mueve la fe cuando hacen la Primera Comunión? ¿De verdad que tienen tan claro sus sentimientos, sus ideas? Y otra pregunta más: ¿Harían esos mismos peques la Comunión si no hubiese fiesta por todo lo alto, listas de regalos en grandes almacenes, vestidos de mininovias y almirantes?
Igual es por no ser creyente pero, dudo que tuviesemos el mismo número de comuniantes si se tratara de un acto sencillo, sin vestidos largos, flores, mesas de chuches y regalos. Las Comuniones son mini bodas, de hecho, más de un niño lleva más invitados a su Comunión que yo a mi boda. Sí, no exagero, a mi boda fueron unos 80 invitados, ¿cuántos habían en la última comunión a la que fuiste?
Igual soy una descreída pero siempre lo he visto así. Yo a los 8 me aburría soberanamente en catequecis, prefería ir a matemáticas antes de a aquella soporífera hora en la iglesia, aprendiendo oraciones que ya no recuerdo.
Besitos Avainillados