1) Favorece el crecimiento físico y mental del niño, debido a la estimulación que se produce en el tejido óseo y muscular al momento de realizarlo. Además, ayuda en el desarrollo de capacidades como la percepción del espacio, la coordinación, la agilidad y el equilibrio. Estas últimas son muy importantes para el desarrollo de un niño.
2) Corrige y previene problemas de salud ya que ayuda a prevenir el sobrepeso y la obesidad, un problema bastante común en niños desde los 5 años y que conlleva detrás muchos otros problemas que pueden extenderse durante toda su vida. Además, la práctica constante de deporte activa el sistema inmunológico y los ejercicios de fuerza y elasticidad corrigen posturas que ayudan a fortalecer los músculos y los huesos, la niñez es el momento ideal para esto, ya que los más pequeños están en continuo desarrollo.
3) Potencia la creación de hábitos, algo que cuesta inculcarle a niños pequeños. El deporte predispone a la adquisición de hábitos de vida saludables y comportamientos positivos. Entre ellos se pueden destacar la alimentación más equilibrada, hábitos de higiene y una buena organización de tareas y responsabilidades. Todo esto, en un futuro, será muy provechoso para el niño, ya que será constante y diligente con sus responsabilidades.
4) Favorece el trabajo en equipo, y algo muy importante para conseguir el éxito es aprender a relacionarse con otros y trabajar en equipo. La práctica de deporte nos enseña a colaborar, sabiendo que nuestro esfuerzo es importante pero que sumado al del resto es aún más imponte y se puede llegar a alcanzar más victorias.
5) Ayuda a reducir el estrés que pueden sufrir – si, los niños también se estresan diariamente, y esto puede ser un problema a futuro – y mejora el rendimiento académico, los niños que llevan a cabo algún tipo de deporte de manera regular tienen una mayor capacidad de concentración, lo que incrementa su rendimiento escolar. Además, ayuda a combatir posibles crisis de ansiedad o de depresión y mejora el estado de ánimo.