Ayer volvían para casa tras pasar con nosotros los Reyes los abuelos de Valencia (Es decir, los padres del papá en prácticas). Observándolos aquí estos días, babeando con su nieta, llegué a la conclusión de que tienen poco que ver con los que fueron mis abuelos (para mi desgracia, sólo pude conocer a dos) y con el prototipo de abuelos que mi mente tenía establecido hasta la fecha. Los abuelos modernos son una especie de mutación genética de la especie. Una adaptación al siglo XXI de la figura tradicional y entrañable de los abuelos. Fruto de un arduo trabajo de observación y estudio, puedo adelantaros hoy cinco tips para reconocer y detectar yayos modernos. Digamos que son los ‘hipsters’ de los abuelos:
1. Son usuarios VIP del Whatsapp: Andan por la vida con un smartphone de última generación. Y aunque te da tiempo a hacer la cena mientras se aclaran para escribir un mensaje, no cejan en su empeño por dominar el Whatsapp. Allí tienen decenas de grupos (familia de uno y otro lado, compañeros de trabajo, amigos, compañeros de spinning -ver punto 2-…), por lo que sus móviles no dejan de sonar en todo el día. Los reconoceréis también porque cuando visitan a sus nietos ya no llevan las cámaras de fotos de antaño. Ahora las imágenes las captan con el móvil para poder enviárselas lo más rápido posible a sus contactos de whatsapp. No hay que perder tiempo en vacilar de nieta. Los más atrevidos empiezan a colonizar Facebook. Unos pocos más avanzados actúan como early adopters de su generación en Twitter. Los más hipsters empiezan a hacer ya sus pinitos en Google+.
2. Son deportistas de élite: Sobra decir que hacen más deporte que sus hijos (En cierto modo porque tienen más tiempo libre que los nuevos padres) y que los dejarían en ridículo en cualquier prueba física. Quiero pensar que quieren estar en buena forma para sobrevivir a sus nietos. Los abuelos modernos tienen grupos de Spinning o running y aprovechan cualquier excusa para mantenerse en forma, siempre bien equipados en función del deporte que practiquen (Lo de llevar camisetas de propaganda es cosa del pasado). Muchos de ellos no perdonan su cita diaria con el gimnasio. Una nueva vuelta de tuerca a la vigorexia.
3. Son parranderos por definición: Se pegan las fiestas por ellos. Y por ti. Puede darse el caso de que tú, como papá en prácticas con una bebé de apenas unos meses a tu cargo, estés en Nochevieja a la una y media de la madrugada metido en la cama mientras ellos aguantan de fiesta hasta casi el amanecer. Para que no queden dudas de lo bien que se lo pasan te mandan fotos por el whatsapp (ver punto 1) durante toda la noche. Entre cubata y bailoteo. Luego, al día siguiente, como hacía yo con mis amigos cuando tenía veinte años, te cuentan cuántos cubatas se bebió cada uno y si hubo alguien que acabó la noche tirando la cena por el retrete. O en coma etílico. Los cincuenta son los nuevos veinte.
4. Visten igual que sus hijos: Se compran la ropa en las mismas tiendas que los nuevos papás. Desde Zara a Pull & Bear pasando por Mango, Bershka o Stradivarius. Y como ahora lucen tipín y se gastan todo el dinero en comprarle cosas a sus nietos, aceptan sin rechistar la ropa que descartan sus hijos (que no sólo les viene, sino que además les queda mejor que a ellos). Son tan modernos que puede darse el caso (real), de que tu vecino del segundo confunda a tu padre con tu hermano para regocijo del abuelo y depresión del papá becario.
5. Siguen siendo igual de entrañables: Lo bueno de esta mutación genética es que no ha acabado con una de las características más valoradas por los nietos y padres en los abuelos. Los yayos modernos siguen siendo igual de entrañables y cariñosos. Siempre dispuestos para ayudar. Atentos a cualquier silbido de necesidad (o mensaje de whatsapp) por parte de los nuevos padres para echarles un cable. Un punto de apoyo imprescindible en esta España que nos toca vivir.
(Seguro que los abuelos modernos ya están compartiendo este artículo con sus contactos del whatsapp)