Conozco a muchos padres que asumen de entrada que el salón se convertirá, inevitablemente, en un campo de batalla. Una especie túnel a otra dimensión en el que conviven a su antojo camiones de bomberos, mandos de la tele, figuritas de cristal y la granja de los pin y pon.
Los hay que incluso han instalado la portería de fútbol entre el sofá y la mesa de comedor de modo que uno ya no sabe si está en el salón de casa o se ha teletransportado a la liga infantil. Cuando voy a una de esas casas, siempre tengo la misma duda. Le pido un té con limón y unas pastas o me vengo arriba y me zampo un perrito caliente y una cerveza mientras veo el partido.
Oigo a muchos padres quejarse de la falta de espacio. Pero no. Hay soluciones y ninguna de ellas pasa por comprarse una casa más grande.
Cuando tuvimos al heredero, le montamos una habitación contigua al salón que hace las veces de sala de ordenador y sala de juegos. Y ¿Sabes que? Debemos llevar un imán en los pantalones porque si vamos a la cocina, él se viene con el arsenal de la patrulla canina y si vamos al salón, aparece con los Mutant Buster y toda su tropa a la conquista del único espacio que tenemos para desconectar y ver una peli.
Nuestro hijo debe ser un ser raro porque viene detrás de nosotros a todas partes. Entonces, ¿Cómo conseguir que no vaya dejando trastos por el camino?
Muy fácil, en casa no se saca un nuevo juguete hasta que no se ha guardado el anterior. Así de sencillo.
Salvo honrosas excepciones como los días en que creamos mundos alternativos en donde lo mismo te encuentras con una terminal logística regentada por Zomblies que la Pista Tiburón y los Playmobil en plan resort en Cádiz.
¿Que el niño ha salido a Napoleón y solo piensa en invadir territorios? Pues sus padres son los sargentos del puesto fronterizo y requisan sin compasión a Chase, Ryder, Marshall, Rocky, Zuma y la gallina Chicaleta. Los meten en una caja, la precintan y se la llevan al trastero hasta nueva orden.
Pero hay veces que los sargentos están de baja y aquello se desmadra. Que no cunda el pánico que la reconquista es la victoria de toda las batallas. El día que se ponga a clasificar por colores y formas todas y cada una de las piezas de Lego del tamaño de un clip, se acordará para siempre de los sinsabores de la conquista del Nuevo Mundo.
Sí, lo sé, ahora me diréis que soy la psico-killer de la creatividad y que no le dejo explorar su lado más salvaje. Dale unos cartones y un poco de pintura y tendrás creatividad a raudales saliendo de los cojines del sofá. La bomba.
Nuestros niños maduran mientras aprenden a convivir en sociedad y cada espacio puede usarse para cosas diferentes. ¿A que a ti no te da por comerte un bocata de jamón en el baño del aeropuerto?
¿Entonces porqué debemos permitir que el niño invada nuestro espacio de relax y descanso con sus cosas?
Claro que deben jugar, pero siempre debe haber orden. Para mí, una casa ordenada es una cabeza ordenada y me cuesta concentrarme entre hot wheels y excavadoras. Llámame rara ;)
Otra de las cosas más interesantes que puedes hacer y no perder un ápice de creatividad, es organizar todas sus manualidades en un carrito con ruedas. Compra un rollo de papel y extiéndelo sobre una mesa. Llena un par de vasos con un poco de agua, uno para los pinceles sucios y otro para las acuarelas. En el carrito, podrás meter todos los rotuladores, pinturas, plastilinas, rollo de papel de cocina, toallitas etc… y podrás llevarlo de un lado a otro de la casa. Cuando acabe de pintar, retira el papel de la mesa y tíralo junto a los vasos de plástico. Ayúdale poniéndole alguna responsabilidad como que vuelva a dejar en la balda correspondiente todos las pinturas que ha usado. Le encantará llevar de nuevo el carrito a su lugar y no habrás manchado casi nada.
Hazte con un contenedor de juguetes para todos los animales de plástico. Créeme, a los dinosaurios no les importa lo más mínimo convivir con elefantes, ballenas y osos panda. Lo tengo comprobado.
Los rotuladores, mejor en estuches o bolsas de tela y ten siempre a mano un rollo de papel de cocina y unas toallitas bebé que te sacarán de más de un apuro.
Si te gusta el peligro y eres de esos padres que disfruta caminando por la cuerda floja, atrévete con la pintura en spray. Es mejor hacerlo en el exterior pero si aún así te gusta vivir al borde del abismo, prueba a hacerlo en el salón y espera las reacciones sobre el nuevo modelo de cortinas ;)
Feliz semana!!
.