Muchas de mis amistades en España me preguntan como llevamos eso de criar hijos en varios idiomas, en nuestro caso nada más ni nada menos que 3 lenguas distintas. Yo soy de Barcelona y mi lengua materna es el catalán, idioma que les hablo a mis hijos la mayor parte del tiempo.
En Alemania me suelen preguntar mucho en qué idioma les hablo a mis hijos. No saben muy bien si les hablo en español, francés, italiano o un dialecto del español. Para los que no lo sepáis, el catalán es una de las 4 lenguas oficiales de España y tiene muchas palabras iguales al español, algunas parecidas y otras que no se parecen absolutamente en nada.
Cuando me quedé embarazada de C. tenía muchas dudas al respecto. Al final opté en hablarles en mi lengua materna por que me parecía importante que mantuvieran sus/mis raíces y creímos que les sería útil si algún día volvíamos a Cataluña. Mi marido les habla en alemán y entre nosotros hablamos español así que en casa se hablan 3 lenguas, o dos y media, según se mire.
Uno de las reglas básicas en cuanto a la crianza de niños en varias idiomas es tajante: un adulto=una lengua. Tengo que deciros que no siempre lo cumplimos y parece que no nos está yendo del todo mal. A pesar de que mi alemán es muy de estar por casa no puedo evitar a veces dirigirme a ellos en alemán. Sobre todo cuando estamos en un entorno 100% teutón, como es la recogida de la guarde o cuando vienen amigas de mi hija a casa.
No os creáis, que muchas veces tengo que pedirle a mi hija que me traduzca algo (lo sé, doy mucha penica) pero en general me suele defender. La inmersión cuando se está en otro país con otra lengua es brutal y hasta yo me veo abducida y hablando en alemán aunque mi pronunciación deje mucho que desear.
Mi hija habla 50-50 alemán/español y el catalán lo entiende al 100%, aunque no lo habla con tanta fluidez. Su hermano está aprendiendo a hablar y suele mezclar palabras en los 3 idiomas. En el caso de mi marido he visto el claro ejemplo de que no siempre es necesario, aunque sí recomendable, que cada adulto se comunique exclusivamente en su lengua materna con los niños.
Él es nacido en España, de madre alemana y padre español y criado hasta los 30 años en España. Su madre se ha dirigido a ellos principalmente en alemán pero mezclando muchas palabras en español y puedo afirmar que es bilingüe al 100%. De hecho, no tiene acento ni es español ni en alemán y yo lo odio por ello cada día un poquito más
Lo que solemos hacer en casa para compensar la falta de español/catalán es lo siguiente:
Ver los dibujos en español/catalán. Ya tienen suficiente estímulo en alemán.
Escuchar música en español/catalán.
Juntarnos con más españoles. De hecho, vamos a unos talleres en nuestra ciudad que organiza en Centro Gallego de Nürnberg y así están (y nosotros también) en contacto con más niños y padres españoles.
Pedirles a los abuelos/tíos que les hablen en español/catalán aunque algunos hablen también el alemán.
Comprar cuentos en español/catalán o traducirles los alemanes. De momento no saben leer así que no hay problema.
Más adelante, cuando sean más mayores, pensamos mandarlos de campamentos a España o con los abuelos o con algún grupo de verano.
Mi hija no para de pedirme que le ponga las películas en inglés. Al principio pensé que quizá sería demasiado pero como a ella le parece divertido, pues ahora ven la tele en español o en inglés y resulta muy gracioso ver como pronuncia todo lo que oye.
Yo no estoy de acuerdo en eso de que los niños bilingües (o trilingües) tarden más en empezar a hablar. Mi hija empezó a soltarse justo al cumplir los 2 años, edad que me parece de los más normal. Hasta la fecha no se calla ni dormida, literalmente. Su hermano va algo más lento así que creo que se debe mucho al carácter y habilidades de cada niño.
Para mi ha sido fundamental no estresarnos con el tema. Mi hija hasta casi los 4 hablaba casi en exclusiva en alemán, incluso conmigo. Yo le respondía en catalán y ella insistía con el alemán. De un día para otro empezó a cambiar de idioma hasta hoy, que casi me responde al 100% en español y de vez en cuando en catalán. Creo que hay que darles tiempo a sus pequeñas cabecitas a poner orden y que solo es cuestión de tiempo y paciencia. Eso sí, no hay que desistir en el intento.
Algo que me preocupaba mucho era el acento cuando habla español. Si bien al principio solo le faltaban las chanclas con calcetines para parecer la típica alemana en Mallorca ahora habla sin acento, al menos a mi parecer.
Lo que nos falta por mejorar y que soy consciente será un empujón importante es viajar más a España. La inmersión durante las vacaciones es brutal y se suelen ver avances muy rápidos en apenas unas semanas. Eso sí, hay que pedir paciencia a amigos y familiares que muchas veces se desesperan cuando ven que los peques les hablan en un idioma que no entienden. Los niños se hacen entender como sea cuando quieren algo, y si ese algo contiene una dosis elevada de azúcar encuentran la manera de comunicarse, ya os lo puedo asegurar.
También existe mucha preocupación sobre la mezcla de varios idiomas. A mí, sinceramente, no es algo que me preocupe. Creo que es algo que hacen la mayoría de niños cuando están en un entorno donde saben que los entienden en las dos lenguas.
Mi hija tiene un compañero de clase español. Pues bien, siempre hablan en alemán. Las profesoras esperaban con mucha emoción escucharles hablar en español y nada, se han quedado con las ganas. En el grupo de mi hijo hay una profesora de Albacete y N. se queda con cara de Poker cuando le canta alguna canción es español por que le suena raro ese idioma en ese entorno. En cambio, en casa y entre ellos, mezclan en función de lo que quieran decir.
En mi opinión el éxito reside en la perseverancia y paciencia de los padres y en intentar equilibrar la balanza. Desde luego el idioma del país de residencia será el que predomine los primeros años del niño pero si en casa se insiste con calma en mantener otras lenguas y se intentan buscar los estímulos adecuados creo que se puede conseguir sin muchos problemas.
Eso sí, el tema de la escritura será otro cantar. Aquí sí nos tocará sentarnos con ellos y más adelante, llevarlos a clases de español/catalán para que se familiaricen con la gramática y la ortografía. Lo bueno es que en Alemania se suele estudiar español como lengua extranjera así que si duda será de gran ayuda y un plus para nuestros hijos.
Como veis, hasta la fecha, no es un tema que no de muchos dolores de cabeza y cada día me alegro más de habernos venido y haberles ofrecido este regalo, que es para toda la vida
Y vosotros, ¿qué experiencias tenéis con la crianza de niños bilingües? ¿Os está resultando muy complicado?