La educación de los hijos es probablemente una de las tareas más difíciles que entraña la vida, y es que, nuestros pequeños tesoros parace que no están dispuestos a ponernos las cosas tan fáciles como pensábamos. ¿Los niños tiranos nacen o se hacen? Probablemente haya de todo, pero hoy quiero centrarme en esos niños tiranos que parecen haber nacido para enseñarnos algo; esos niños, que pese a no haber sido consentidos ni malcriados (al menos que nosotros sepamos), no cesan en su interés por el caos y el desequilibrio, sembrando la discordia y el descontento allá donde pisan, ¿os suena de algo?
¿Cómo educar a un niño tirano?
Los niños con el síndrome del emperador o niños tiranos son aquellos que ejercen constantemente un comportamiento abusivo e inhóspito, generalmente hacia sus propios dadores de vida. Estos niños se caracterizan por mostrarse agresivos, exigentes, intolerantes y poco empáticos con sus padres, viviendo en un estado de insatisfacción constante.Si educar a un niño disciplinado, calmado, compresivo y pacífico no es nada fácil, ni que decir tiene lo complicado y frustrante que puede llegar a ser educar a un niño tirano. Aún así, siempre hay que ser fuertes y superar los obstáculos que la vida nos depara; y no me refiero a que nuestros hijos sean o lleguen a ser nuestros obstáculos, de eso nada, ¡pero su comportamiento y la forma en que vivimos su comportamiento sí lo es!
La impecabilidad de los padres es determinante a la hora de educar a un niño emperador, por lo que se debe tener claro un plan de acción y un protocolo inamovible de actuación:
Los padres y posibles cuidadores deberán hablar y ponerse de acuerdo a la hora de establecer la forma en que se va a actuar.
Se crearán normas de respeto y convivencia básicas y se informará tranquilamente al niño de la instauración de las mismas.
Se elaborará un plan de actuación para cada una de las situaciones que se presenten.
Uno de los aspectos más importantes es entender que los padres deben ser un ejemplo a seguir y, al mismo tiempo, mostrarse seguros de sí mismos. Los niños perciben a la perfección los confictos internos de sus tutores e intentarán llevarlos al límite cada vez que sea necesario. Responder con golpes a los hijos, gritos, insultos o cualquier gesto agresivo perjudicará gravemente la integridad del pequeño y la unión familiar. Por lo que los padres deben estar convencidos y preparados para ejercer una educación y crianza responsable.
Reglas básicas para educar a los niños tiranos
Los padres deberán saber cuáles son los límites que quieren y necesitan marcar. La exposición clara y rotunda de los nuevos límites en el hogar debe ser explicada a los hijos a fin de que conozcan hasta dónde pueden llegar. Las reglas básicas de convivencia son muy personales, pero no deben faltar las siguientes:Respeto hacia uno mismo y los demás: no se aceptarán comportamientos agresivos de ninguna índole, ya sean golpes, patadas, gritos, llantos, etcétera.
Adiós a las pataletas: no se aceptarán, se atenderán ni se intentarán suavizar las rabietas. Debemos dejar claro que esa actitud no consigue despertar interés por nuestra parte; las pataletas dejarán de ser atendidas.
Uso de palabras clave: se deberá establecer un vocabulario nuevo que enfatice en el uso del gracias, por favor y lo siento.
Además de estas tres reglas básicas, se pueden añadir acciones que hagan colaborar con las labores del hogar al pequeño dictador; por ejemplo: recoger sus juguetes, poner o quitar la mesa, organizar su ropa, etcétera.
Una vez se han establecido y comunicado las reglas de convivencia y respeto al niño tirano, debemos saber cuál es la mejor forma de conseguir que las reglas sean respetadas. Para ello, lo más recomendable es establecer un sistema organizado que el niño comprenda a la perfección; a continuación os cuento cómo hacemos en casa para redirigir el comportamiento tirano de nuestros hijos.
Técnica o ejercicio práctico para educar a niños tiranos
En nuestra familia, utilizamos un sistema de puntuación en el que existen puntos rojos y verdes dependiendo de si realizan una acción “positiva” o “negativa”; entrecomillo porque a veces entramos en conflicto con las polaridades y no me gusta tachar de bueno o malo el comportamiento de nuestros hijos. En contra, me gusta decir: comportamiento que respeta las normas de convivencia o comportamiento que no respeta las normas de convivencia.En la siguiente imagen podéis ver la tabla de puntuación que utilizamos en casa:
Os explico cómo funciona:
En la parte de abajo anotamos las acciones que puntúan en verde a la izquierda (comportamiento deseado) y las que puntúan en rojo a la derecha (comportamiento indeseado). Ni que decir tiene que las acciones deben tenerse en cuenta con responsabilidad y respeto hacia todas las partes implicadas.
Habrá determinados comportamientos con los que el pequeño tirano obtendrá la anotación de un punto de color verde y determinados comportamientos con los que obtendrá un punto de color rojo. La asignación de puntos será elegida por los padres o tutores siguiendo las reglas del juego; si lavarse los dientes sin ayuda y sin protestar suma un punto verde, habrá que anotar debidamente el punto obtenido inmediatamente después de que el niño realice la acción.
La escena debe incluir el refuerzo positivo hacia el niño evitando que se sienta excesivamente halagado. Estos son algunos ejemplos de frases que podemos decirle a nuestro hijo cuando realice una acción positiva:
Buen trabajo, pequeño.
Me ha gustado mucho cómo te has esforzado.
Lo has hecho genial, ¡enhorabuena!
Cuando el día acabe se hará un recuento de puntos verdes versus puntos rojos. En los casos en los que la puntuación verde sea la vencedora se premiará al niño con algo que le produzca interés y satisfacción. No todos los premios tienen por qué ser materiales ni mucho menos costosos; aquí algunos ejemplos.
Ir al cine o a un museo.
Hacer un juego sorpresa.
Ganar una golosina (con cuidado de no abusar).
Ganar un pequeño obsequio.
Disfrazarse.
Etcétera.
Los premios pueden otorgarse diariamente o semanalmente, según creáis conveniente. No olvides que tu comportamiento como padre o madre deberá ser relajado; se trata de actuar con normalidad y seguir las reglas según lo establecido. El niño tirano con gran probabilidad comenzará a seguir la corriente y poco a poco se nutrirá de la esencia saludable que proporciona vivir en armonía.
Recuerda que ser un ejemplo a seguir y actuar con decisión garantiza el éxito en la educación de un niño tirano; toma las riendas de la situación y enséñale a tu hijo de cuánto sois capaces.
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