En este post pretendo inaugurar una nueva sección del blog. En ella responderé a las dudas que me plantéis. Para eso simplemente tenéis que dirigiros a mi a través del siguiente correo: tusdudas@eldiariodelasdudas.com. Intentare ser lo más rápida posible en responder, responderé a través de un post, aunque también os daré una respuesta más personalizada mediante el correo. Cuando escriba en el blog, nunca usare vuestros nombres a no ser que me deis permiso. ¿Qué os parece la idea?. ¿Empezamos?
Y sin extenderme más empiezo esta nueva sección con este post:
La comunicación puede a llegar a ser bastante complicada y cuando nuestros hijos entran en esa fase de su vida que es la adolescencia puede volverse una pesadilla. Hace unos días un grupo de padres me plantearon la cuestión y os traslado aquí esa duda y lo que se trato ese día.
Como profesional y como madre me he encontrado muchas veces con las siguientes expresiones: "no hay quien hable con él", "no me escucha", "si no le habló a gritos no se entera"....... Supongo que vosotros como padres también las habréis oído o usado.
Hay manera buenas de comunicarnos y hay manera malas de comunicarnos. Según el tono y la forma en la que decimos las cosas incitamos a la cooperación o por el contrario a la sublevación. Hace algún tiempo escribí un post en el que os daba consejos sobre como no pelear con nuestros hijos, sigue siendo valido aunque sean mayores.
La buena manera de comunicarnos es algo que se aprende, pero a veces no basta con aprender esas maneras, también necesitamos el deseo de mejorar la comunicación. Y aquí os planteo una pregunta ¿de verdad deseáis comunicaros bien con vuestros hijos?. Supongo que en estos momentos estaréis pensando, "¿qué tipo de pregunta absurda me estas haciendo?, yo me comunico perfectamente, es él que no sabe escuchar y/o pasa mucho. El que tiene problemas de comunicación es él". Bueno pues os tengo que decir que el problema no siempre viene del adolescente, a veces somos los adultos los que no queremos comunicarnos con nuestros hijos. Os voy a dar a algunas razones y ya es trabajo vuestro reconocer si alguna de estas son vuestras o no.
Porque quiero castigarle: cuando son pequeños y nos enfadamos con ellos los podemos castigar dejándolos sin parque, mandándolos a su habitación incluso a veces dándoles unos azotes. Pero cuando tu hijo es mayor e incluso es más grande que tú todas estas opciones se quedan fuera y solo queda gritar, insultar, incluso a veces humillar para castigarlos.
Porque no me gusta mi hijo: si habéis leído bien ya se que suena duro e increíble el que tu hijo no te guste, pero la explicación es fácil. En los momentos en los que lo ves como adversario solo te fijas en sus aspectos negativos y como ser humano tu hijo, al igual que tú los tiene. Y en esos momentos de batalla es vuestro mayor adversario.
Si le hablo bien estoy perdiendo la batalla. Cuando estamos en plena discusión sentimos que el que más grita es el más fuerte y por lo tanto el que gana. Aunque seas la persona con la mejor capacidad de escucha del vecindario, con una capacidad de empatia envidiada en la puerta del cole, la batalla en la que se ha convertido tu relación con tu hijo hace imposible una buena conversación, en la que los dos podáis disfrutar de conoceros un poco mejor o compartir un simple momento agradable.
"Pobre de mi, mirad cuanto sufro": Sí, algunas personas utilizan las malas relaciones con sus hijos para convertirse en el centro de atención. Hay personas que no se sienten importantes si nadie las compadece y nada mejor que un hijo protestón y mal hablado para conseguirlo. ¿Conocéis alguna?
Ahora te toca a ti reflexionar y averiguar si alguna de estas razones son tuyas o si tienes otras. Es un primer paso para conseguir mejorar. Si averiguas cuales son tus razones puedes romper pautas de comportamiento que se han aprendido y que se pueden desaprender. Nadie es demasiado viejo para cambiar. Y si no estas dispuesto a cambiar por lo menos te engañaras a ti mismo.
La comunicación mejorará cuando queráis que mejore. Siempre que estemos hablando de un adolescente normal, sin otros problemas de fondo. Ahora tened en cuanto que el que vosotros paréis no significa que el otro pare. Vuestro hijo adolescente seguirá en el campo de batalla durante algún tiempo más. Recordad que vuestro hijo adolescente no os puede obligar a hacer lo que no queráis. Al fin y al cabo ¿quien es el adulto? ¿tú o él?.
Pero ¿qué habilidades comunicativas me pueden ayudar?
El aspecto más importante en las habilidades comunicativas es la escucha. Escuchar significa aquí entender realmente lo que te está diciendo esa persona y saber transmitirle que has entendido lo que has escuchado. Esto va más allá de no interrumpirla y escuchar sus palabras.
¿Como conseguir mejorar la escucha?
1. Alentar al otro a que siga hablando. Anima al adolescente a que siga hablando con un tono afectuoso. Simplemente inclinando un poco el cuerpo, dirigiéndolo hacia él le estarás comunicando con tu cuerpo tu interés. Un aja, o cualquier expresión de este tipo también enviara el mensaje de que se estás escuchando realmente a tu hijo.
2. Compartir los propios sentimientos. "te entiendo, yo a veces también me siento muy solo". A veces los adolescentes se sorprenden al comprobar que sus padres también han pasado o están pasando por lo mismo que ellos.
Se breve y descrito al compartir tus sentimientos. No aproveches para sermonear e incluir lecciones. Simplemente muéstrate como ser humano.
3. Repetir lo que te ha dicho. Al volver a expresar lo que tu hijo te ha dicho hace que se sienta comprendido. Haz un breve resumen o repite que lo te ha dicho haciendo ligeras modificaciones en las palabras. Es importante no repetir exactamente lo dicho. Si haces el loro tu hijo se sentirá ofendido.
Al volver a repetir el mensaje también puede servir para centrarlo, cuando este está expresado de forma desordenada por los nervios o inquietud del adolescente.
4. Reflejar los sentimientos: Es la mejor manera de comunicarle a alguien que se le entiende. Para algunas personas es una técnica difícil de aprender. Pero con la práctica y el tiempo se convertirá en algo natural. ¿Como podemos reflejar los sentimientos? Añade una emoción a lo que el adolescente te ha contado. Por ejemplo: "por lo que me cuentas debiste sentirte muy triste cuando no te invitaron a la fiesta", "me estás diciendo que te sientes sobrecargado de trabajo".
Incluso aunque te equivoques de sentimiento, te será muy útil para que tu hijo comparta sentimientos contigo.Cuando reflejas sentimientos estás llegando más allá de las palabras. Sed sensatos a la hora de usar esta técnica, pero usarla.
Como padres tenemos tendencia a resolver los problemas de nuestros hijos, a dar respuesta a todas las preguntas y consejos. Esta necesidad de resolver los problemas nos impide a veces escuchar a nuestros hijos. No podemos resolver todos los problemas de nuestros hijos, pero si podemos escucharlos.
Ahora te propongo un ejercicio, siéntate un rato con tu hijo, ese ser huraño y practica la escucha. Escuchalo con atención, hazle saber que lo estas escuchando, repite lo que dice (recuerda no como un loro) y refleja sus sentimientos. Luego, si te apetece escribe en los comentarios o por correo la experiencia, mejor en los comentarios, se generoso y comparte con los demás.
La próxima semana seguiremos con el tema, ¿os parece?.
RECUERDA EL CAMINO SE HACE MÁS LIVIANO CON UNA SONRISA
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