Insisto que lo mismo que escribí en el citado artículo, cómo evitar que intimiden a nuestros hijo, vale para todo lo contrario: evitar que se conviertan en unos abusones. Evitar que se transformen en acosadores, físicos o emocionales, en el mundo real o en el cibernético. Porque el acoso es acoso sea del tipo que sea y se dé en el medio donde se dé dejando tras él secuelas nefastas que en algunos casos pueden durar de por vida
Sabemos que en los niños acosadores hay una falsa autoestima que se viste de vanidad, de fantochismo o sobervia que lo único que esconde es lo mal que se sienten consigo mismos, por lo que necesitan intimidar a alguien para sentirse poderosos, dominantes, fuertes, importantes y aceptados. Porque sabemos que las bases de la autoestima se construyen en la familia. Porque es en ella donde se edifica la primera imagen de sí mismo que permite al niño querese y respetarse o bien culparse y rechazarse. Por que sabemos que un niño asertivo sabe defender sus opiniones sin agredir. Porque la empatía nos permite entender el dolor ageno. Por eso y porque creo que no se puede resolver el problema del bullying con más violencia sigo creyendo que es necesario vacunar a los niños con autoestima, empatia y asertividad.
Vacunar a los niños con autoestima, empatía y asertividad en casa, pero también en la escuela.
1. Fomentar una buena autoestima.
Una buena autoestima se constuye en un entorno familiar seguro y estable, lejos de cualquier tipo de violencia física o verbal. Lejos de entornos sobreprotectores que impidan o obstruyan el desarrollo de la autonomia de nuestros hijos. Se construye en un entorno que escucha y valora el niño en evolución, con sus más y sus menos, un entorno que fija normas y límites firmes y claros. Una buena autoestima se construye día a día, y el primer pilar donde se asienta es la propia familia.
2. Empatía
La empatía es la capacidad cognitiva de percibir lo que otra persona puede sentir. Se trata de la capacidad de ponerse en el lugar del otro, entender su punto de vista, sus sentimientos, sus alegrías y penas, por lo que se convierte en una de las mejores vacunas contra el acoso.
Ciertamente, la empatía es una de las habilidades sociales más importantes que nos permite saber y comprender lo que los demás piensan y sienten, imprescindible para comunicarnos. Los niños acosadores suelen tener una importante carencia de empatía. No obstante, como cualquier habilidad social es susceptible de ser enseñada y por tanto de ser aprendida. Si educamos la empatía desde la infancia estaremos inoculando una potente vacuna contra el acoso.
3. Asertividad
La aserividad es otro componente esencial de las habilidades sociales. Permite defender nuestros derechos y puntos de vista, expresar nuestras opiniones y realizar peticiones de un modo adecuado, sin tener que sentirnos mal por ello o tener la necesidad de intimidar a nadie.
Tal y como escribí en su momento en el artículo “Cómo evitar que intimiden a mi hijo”, hoy sigo creyendo que:
Un entorno libre de bullying es posible si educamos a nuestros hijos y alumnos a ponerse en el lugar de los demás, entendiendo su sufrimiento. Un entorno libre de acoso es posible si les enseñamos a manifestar sus opiniones respetando los derechos de los demás, a negociar o a pedir ayuda cuando les haga falta.
Para evitar que intimiden a nuestros hijos es necesario vacunarles con autoestima, empatía y asertividad.
Foto cortesía: flick.com
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