"Ya no hablas conmigo"
María siempre ha estado orgullosa de la buena relación con su hijo Pablo, siempre fue un niño que le contaba sus preocupaciones y sus pequeñas aventuras del día a día. Pero desde hace algun tiempo María siente que su hijo se ha alejado de ella. Ya no le cuenta nada, prefiera hablar con sus amigos o con su tío. Cuando llega a casa se encierra en su habitación y solo sale al tercer aviso para cenar o comer. Está preocupada, ¿porque no quiera hablar con ella?. Además cuando se organiza una salida familiar cuesta una pelea para conseguir convencerlo que se una. María a veces siente que hay una separación insalvable entre ellos.
Si tienes un hijo adolescente te sonará la historia. "Mi hijo ya no habla conmigo", es una frase que se suele oír en los padres de un adolescente. Los padres empiezan a sentir que se alejan de sus hijos y que la relación se deteriora.
Cuando esto ocurre los padres empiezan a sentirse rechazados, que sus hijos se alejan de ellos, creen que la relación con sus hijos se deterioran. El hijo que les contaba todo o casi todo ahora no les cuenta nada o casi nada.
!Alto¡. Te cuento esto es un proceso normal, tu hijo no ha dejado de quererte ni de confiar en ti. Se que duele, yo lo estoy viviendo ahora mismo, así que te entiendo, pero soy consciente que esto es un proceso necesario. Recuerda que tu hijo te sigue queriendo y que sigue confiando en ti, pero esta buscando su camino, simplemente esta creciendo.
Pablo vuelve del instituto y se va directo a su habitación, deja las cosas y se pone música. Llega cansado y lo unico que quiere es desconectar un rato y descansar un poco. Su madre o su padre en cuanto lo ven entrar le preguntan por el día y lo llaman para que se reuna con la familia a comer. El lo único que pide es que lo dejen cinco minutos y que no lo agobien durante la comida/cena con preguntas.
Así es como lo vive Pablo, ahora veamos como lo ve María.
Maria ve entrar a su hijo, ella tambien esta cansada despues de una mañana de trabajo, pero esta deseando saber como le ha ido, supone que viene con hambre y no quiere que se haga mucho más tarde para comer que por la tarde tiene muchas cosas que hacer. Además esta preocupada,ahora hay que sacarle las palabras y se pasa las horas encerrado en su habitación.
María es una madre maravillosa, cálida, afectuosa y acogedora. ¿Quien querría separarse de ella? Pablo necesita iniciar su proceso de separación para poder crecer. Es necesario que Maria se de cuenta que es un imperativo para que su hijo se pueda desarrollar. ¿Es doloroso? Si, a los padres nos cuesta a veces aceptar que nuestros hijos se hacen mayores y que la relación cambia.
Hay que permitir que se alejen. Una vez que se hayan distanciado lo mas probable es que la relación entre ambos vuelva a ser intima.
¿Qué errores cometemos cuando nos vemos en esta situación?
Todo esto no quiere decir que debes dejar de hablar con tu hijo. El sentido común nos indicará cuando es necesario intervenir y cuando es aconsejable respetar su espacio.
No respetar su intimidad es uno de los errores que cometemos. Entrar en su habitación para charlar con el es buena idea, pero siempre teniendo en cuenta que es su territorio.
A veces dejamos de preguntar o de charlar con ellos por miedo al enfrentamiento. Que respetes sus silencios y su espacio, no es sinónimo de dejar de preguntar. Como ya os he comentado anteriormente tu sentido común te indicará muchas veces lo que debes hacer. Otras veces preguntamos demasiado, como vemos que no nos cuentan nada les sometemos a un interrogatorio que ni el mejor interrogador del mundo. Como en muchas cosas en el punto medio esta la virtud. Hay que preguntarles y mostrar interés en él, pero sin agobiar. Respetar sus silencios y cuando quieran contarte algo aprovecha para escucharlos.
Repetir siempre los mismo. Conocéis la experiencia seguro que durante vuestra adolescencia habréis oído frase repetidas una y otra vez por vuestros padres. Y recordáis como os sentíais. "Siempre estas con lo mismo". Lo único que se consigue es que se desconecte y se alejen un poquito mas.
Sermonear. Cuando sermoneamos decimos todo lo que no queremos decir, cosas negativas, exageradas, sacadas de contexto y exageradamente simplificadas.
No escuchar. Uno de los errores es no escuchar a nuestros hijos. Recuerda no es lo mismo "oír que escuchar".
Cuando llega la adolescencia es normal que nuestros hijos se vuelvan menos comunicativos y hablen más con sus iguales o con otros adultos (tíos, profesores,....). Forma parte del proceso de maduración y aunque para los padres es duro hay que aceptarlo, respetarlo y verlo como lo que es. Con el tiempo la confianza volverá. Como siempre paciencia, no exagerarlo y respetar los tiempos de su proceso de maduración.