Utilizar programas cortos para cuidar el medioambiente y ahorrar.
Cuanto más corto es el programa, más energía consume, más coste económico supone y es mucho menos eficaz a la hora de realizar una correcta higiene de las prendas.
Sobredosificar el detergente.
Usar demasiado detergente no sólo no limpia más la ropa, sino que puede deteriorar la lavadora y consume más agua, al aclarar más. Miele recomienda seguir siempre las instrucciones marcadas por el fabricante del producto.
Lavar con agua fría.
Evidentemente el agua fría es muy neutral para la ropa, pero no consigue una correcta limpieza y genera la acumulación de gérmenes y bacterias en el tambor. Hay que perder el miedo a lavar con temperatura, respetando siempre las indicaciones de la etiqueta de la prenda.
Usar siempre el mismo programa.
Aunque se suele pensar que hay demasiados, cada uno se adapta a las necesidades de cada tejido y todos son necesarios. Historicamente se usan entre 1 y 3, pero la innovación ofrece opciones más avanzadas.
Separar colores y no tejidos.
Aunque dos prendas sean del mismo color, no requieren el mismo tratamiento sin son, por ejemplo, de raso y algodón. Hay que separar colores, pero también tejidos.
Cargar la máquina al máximo.
Esto evita un correcto lavado, además produce muchas arrugas en la ropa y un deterioro de la máquina.
No tomar precauciones previas.
Siempre hay que cerrar cremalleras, poner del revés las prendas que así lo requieran y vaciar los bolsillos. De lo contrario, se producen deterioros tanto en la ropa como en las máquinas.
No realizar un correcto mantenimiento de las máquinas.
Para que realicen un correcto lavado y se mantengan durante más tiempo, hay que limpiar el filtro, usar limpiamáquinas y realizar cada dos semanas al menos un lavado a un mínimo de 60º.
Usar el mismo detergente para todo y mucho suavizante.
No hay que usar el mismo detergente para todo o la misma dosificación de distintos detergentes. Además, se tiende a usar mucho suavizante y después secadora, que anula sus efectos aromáticos.
No seguir las instrucciones de las etiquetas de las prendas.
Aunque suelen ser extensas, siempre es recomendable mirarlas antes de lavar una prenda, porque un mal lavado puede tener un efecto nocivo sobre ella.
Claves de un correcto cuidado de la ropa
Además, Miele ha expuesto cuáles son los principales factores a tener en cuenta a la hora de conseguir los mejores resultados en el lavado de la ropa, para cuidarla, consumir menos energía y mantener la maquinaria. Así, ha destacado que la eficiencia del lavado depende de 4 factores principales:
La temperatura. Las recomendaciones en este campo son usar un mínimo de 30/40 grados y recurrir a ella no sólo cuando se separan colores. En el caso de la ropa de bebés y niños, que en ocasiones acumulan una mayor suciedad, se pueden usar 60/80 grados siempre que la etiqueta de la prenda lo permita.
El tiempo de duración del lavado. En este caso, menos no es más. Y es que los lavados cortos no consiguen alcanzar cifras de temperaturas altas, son más agresivos para la mecánica de la lavadora y consumen más energía.
Cantidad de detergente. Es importante no sobredosificar, especialmente en zonas de aguas blandas como es el caso de Madrid, ya que se tienen que intensificar los aclarados con todo lo que esto conlleva. Miele recomienda seguir las instrucciones del fabricante del producto, usar un detergente líquido, ya que se disuelve antes, y siempre desde el cajetín, para que cuando pase al tambor ya esté mezclado con agua.