En primer lugar, es aconsejable lavar toda la ropa del niño antes de guardarlas en la habitación infantil. Las ropas pueden tener residuos o restos de polvo en su fabricación que pueden eliminarse fácilmente con el lavado. Las cosas pequeñas, como patucos o calcetines, lávalas todas juntas dentro de una malla cerrada.
Sigue las instrucciones de la etiqueta y, ten en cuenta que la ropa para la noche como pijamas, etc..., conviene que tenga un tratamiento resistente al fuego.
Si el niño no tiene problemas serios de alergias o la piel demasiado sensible, no será necesario utilizar un detergente especial. Puedes vigilar en los primeros lavados si su piel presenta alteraciones o enrojecimientos tras ponerle la ropa. Si notas que presenta alguna incomodidad o prurito, entonces puede hacerse necesario utilizar un detergente libre de aromas y colorantes.