Reconozco que todo esto me ha pillado de nuevas por el simple motivo de que mis hijos mayores no han usado chupete. El mayor directamente no lo quiso, la mediana aceptaba llevarlo colgado y de vez en cuando incluso se lo metía en la boca, pero rara era la ocasión, y un día ella misma decidió tirarlo y no querer saber nada de él. No tenía ni nueve meses.
Con mi bebé pequeño ha sido diferente, lo ha aceptado desde el primer momento que decidí usarlo. Si bien me planteaba prescindir del chupete, cierto es que ha sido mi tabla de salvación. Y es que viéndome sola con mis tres hijos, había momentos en los que me era imposible atender a los mayores y a mi bebé a la vez, por lo que el hecho de que el pequeño se consolara con el chupete y me demandara menos me ha permitido conjugar airosamente las necesidades de los tres.
Y ha sido un bebé de chupete, es decir, de gustarle, de tranquilizarse al ponérselo, de usarlo para dormir, de manejarlo a la perfección en cuanto empezó a adquirir destreza en sus manos. El chupete me ha ahorrado muchos llantos, ansiedad, me ha facilitado el momento de dormirse, me ha librado de despertares nocturnos... ¡me ha salvado la vida!. Nunca creí que diría estas palabras.
No tenía en mente una fecha límite de uso de chupete porque, la verdad, su uso me pilló totalmente de novata e imaginaba que cuando llegara el momento de quitarlo, lo sabría. Y creo que ha sido así.
Cuando empezaron a salirle los dientes decidí abusar menos de él, dejarlo a su alcance pero no usarlo por costumbre, por decirlo de alguna manera. Si podía estar sin chupete, bien, y si lo necesitaba, se lo daba, tampoco tenía necesidad yo de hacerle pasar un mal rato. Creo que es fundamental valorar bien sus necesidades en cada momento, en este caso, la necesidad de usar chupete.
Así hemos ido hasta que hace un par de meses me di cuenta de que los incisivos laterales no le estaban saliendo derechos, y me mosqueé, no fuera que el chupete estuviera interfiriendo.
Además, mi bebé iba demostrando cierto genio y carácter según el cual lo de usar el chupete como tabla salvavidas para evitar llantos y momentos de demanda no me servía, porque si se lo ponía él mismo se lo quitaba con rabia, o bien directamente me apartaba la mano de un manotazo suyo al intentar ponérselo.
Viendo que parecía que le ponía el chupete a traición, en contra de su voluntad, y sin necesidad, un día, no recuerdo exactamente cuando pero pongamos que hace unas seis semanas, decidí no ponérselo más. Pero ni en la boca, ni colgado. La primera semana llevé uno de emergencia en su bolsa de aseo por si acaso, pero enseguida lo quité.
Y hasta hoy. Es decir, dejamos de usar el chupete, no lo echa de menos, tampoco me cuesta más calmarlo ni se despierta más por las noches por no tenerlo. No se qué ha pasado pero quiero pensar que ha madurado de tal manera que aquello que le hacía necesitar el chupete ya no existe.
Como no puede ser de otra manera, yo estoy encantada de haber superado una etapa sin ningún tipo de dificultad. Tenía claro que no iba a recurrir a las estrategias de enfados, castigos ni manipulaciones, ni tratar el tema de una manera negativa porque creo que hace más daño que ayuda.
Quizás si me hubiera empeñado en que lo usara aún más luego nos hubiera costado más trabajo retirarlo, ¡quién sabe! el caso es que el chupete ya es pasado en esta casa y hoy los he lavado y guardado todos, juntos con sus correspondientes chupeteros, de recuerdo. Que una es muy sentida.
Perdona si esperabas que te desvelara el sagrado misterio de la retirada del chupete con éxito total, la verdad es que es una experiencia muy simple y con poco misterio. Quizás el truco haya sido elegir un momento de rechazo que pudo haber sido puntual y que yo convertí en definitivo, aprovechando la coyuntura, como muchas mamás aprovechan una huelga de lactancia para dar paso al destete definitivo.
Yo por si acaso comparto mi experiencia porque quizás no identifiques este momento, o quizás pienses que si intentas retirarle el chupete va a ser un fracaso, va a influir en su sueño, qué se yo. Si crees que ha llegado su momento te animo a intentarlo, porque si no lo consigues siempre puede seguir usándolo, pero si lo consigues, puedes dar superada una etapa que de alargarla quizás sea un problema en el futuro.
¿Te ha tocado hacer operación retirada del chupete?
¿Cómo te ha ido? ¿has usado algún truco especial?
Cuéntame tu experiencia para ayudar a otras mamás