Éstas últimas surgieron precisamente por esa necesidad de dejar a los hijos en un lugar que además de mantenerlos entretenidos, también se les impartiera un cuidado íntegro y actividades adecuadas para su edad. Las guarderías son básicamente una necesidad de los requerimientos modernas dado el rol que los padres y madres han establecido, lamentablemente dada la cantidad de demanda también se abren las puertas a lugares clandestinos o de baja calidad que lejos de cuidar a tus hijos los ponen en riesgo.
Identificar que tus hijos no están siendo debidamente cuidados no solo depende de las credenciales que el lugar tenga, como padres hay que aprender a leer entre líneas y algunas de las señales más claras se perciben a través de los pequeños.
No quiere ir a la escuela/guardería
La renuencia al cambio y al adaptar una nueva rutina es completamente normal en los niños, lo que no es normal viene cuando aún trascurrido el tiempo se sigue notando abrumado por la idea de acudir al lugar, más aún cuando este comportamiento aparece de repente.
A menudo trae heridas que no te saben explicar
Los niños pequeños se lastiman, sí, pero sigue tu instinto, si las heridas no tienen congruencia con la explicación que te dan o éstas aparecen muy seguido, es señal de alerta.
Está teniendo resago en su desarrollo
Los niños pequeños se encuentran en continua evolución por su propia naturaleza y solo factores extremos alteran su ritmo de desarrollo, si notas que tu pequeño o pequeña se ha estancado o va en reversa es que algo lo está alterando y se demuestra de esta manera.
Se comporta distante o enojado
Si tu hij@ se siente incómodo con alguna situación en la guardería, puede mostrarlo con enojo hacia ti por “obligarle” a enfrentar dicha situación, atenta con este tipo de señales.
No te dejan conocer al personal o instalaciones
Dicen que hablando se entiende la gente y esto debe aplicar más aún en lugares donde se están haciendo cargo de tus hijos, sospecha de toda guardería que no te de un recorrido por las instalaciones, no te presente al personal y te den largas para resolverte cualquier duda o aclaración.
Se nota sucio o descuidado
A pesar de las mil travesuras que tu hij@ pueda haber hecho, recuerda que estás pagando por un servicio de cuidado y atención así que no hay excusa para que tu hij@ esté mal atendido.
Las instalaciones son carentes
Aunque unas buenas instalaciones no aseguran la calidad en el servicio, sí puedes desconfiar de un lugar sin seguridad o higiene por ejemplo, al final son niños los que estarán ahí.
La mejor manera de mantener a salvo a nuestros hijos es la comunicación y confianza con ellos, aun desde pequeños enséñales a contarte todo, a cuidar su cuerpo y siempre confía en tu instinto y lo más importante, confía en ellos.
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