La vida que llevamos la mayoría de las personas hoy en día, es una vida cargada de prisas, estrés y en muchos casos falta de comunicación incluso con miembros de nuestra familia por falta de tiempo o cansancio. Sin embargo, esta falta de tiempo no debe ser excusa a la hora de dedicar un tiempo a nuestros hijos y aprender a conectar con ellos a diario.
Por mi trabajo, a menudo escucho a familias que comentan que sus hijos no se comunican con ellos, que no les cuentan nada, que no encuentran momentos para compartir… y se me ocurre que a veces, podemos ser nosotros mismos, los adultos, los que favorecemos o provocamos esa desconexión.
PORQUÉ CONECTAR CON LOS HIJOS
En primer lugar, me voy a centrar en porqué es tan importante y necesario conectar con nuestros hijos a menudo.
La primera razón y más fundamental bajo mi punto de vista, es el hecho de que nuestros hijos nos toman como modelos a los padres y madres y por tanto, antes o después reproducirán muchos de los comportamientos que nosotros tengamos hacia ellos. Por otro lado, nuestros pequeños tienen la necesidad de sentirse queridos, cerca de su familia, de relacionarse con nosotros, de disfrutar de nuestra presencia real y por supuesto necesitan desarrollar su autoestima y vida emocional. Creo que es evidente por ello, que cuanto más conectemos con ellos, más nos sentiremos cerca de ellos y ellos de nosotros, más aumentará su autoestima y seguridad en sí mismos y en el entorno que los rodea.
CÓMO CONECTAR
Teniendo claro que conectar con nuestros hijos, ser partícipes de su vida emocional y hacerlos partícipes de la nuestra es una prioridad, se me ocurren varias maneras sencillas y que cualquiera puede realizar a diario, sin necesidad de invertir demasiado tiempo, aunque creo que cuanto más tiempo dediquemos a nuestros hijos, mayor será nuestro grado de conexión y nuestro vínculo emocional.
-HABLANDO CON ELLOS.
Buscar tiempo durante el día para hablar con los niños es esencial. Contarles lo que nos ha ocurrido durante el día, nuestros sueños, nuestras ideas, y por supuesto que nos cuenten parte de su vida, de su día a día, de las aventuras que hayan vivido durante ese día, etc La comunicación es la base de las relaciones y por supuesto también lo es en las relaciones entre padres e hijos. Cuando hablo de comunicación, me refiero a cualquier nivel, desde que nuestros hijos son pequeños, haciéndolos partícipes de la vida familiar y personal de cada uno de los miembros de la familia, como cuando son adolescentes o adultos. Cuanta más desconexión hay entre los miembros de la familia, más distancia y enfriamiento de la relación.
-ESCUCHÁNDOLOS.
No solo se trata de encontrar tiempo para hablar con ellos, sino también para escucharlos, para comprenderlos, para ponernos en su lugar, para entender lo que nos dicen y compartir nuestros puntos de vista. Pero escucharlos de verdad, no oírlos de fondo, sino centrar nuestra mirada en ellos y que perciban que de verdad estamos atentos a lo que nos cuentan, escuchándolo con oídos de adulto pero también de niño, sin tachar de tontería todo aquello que nos cuentan.
-COMPARTIENDO ACTIVIDADES.
A la hora de compartir actividades puede ser que nosotros participemos de aquello que más gusta a los pequeños como jugar con sus juguetes favoritos, ir al parque, dar un paseo relajado, o bien que ellos participen de todo lo que nosotros hacemos y nos gusta, como ayudarnos en parte de nuestro trabajo o hobbies, ayudándonos a cocinar, etc Si parte de nuestras tareas o tiempo, las compartimos con los peques, estaremos aprovechando un tiempo con el que en principio no contábamos. No debemos tener miedo a compartir actividades con ellos, ya que es la base para que posteriormente tengan interés en compartir algo con nosotros.
-LEYÉNDOLES UN CUENTO.
¿Quién no tiene cinco o diez minutos al día para leer o contar un cuento? Cualquier niño disfruta muchísimo cuando sus padres le leen un cuento o más aún cuando nos inventamos un cuento en el que ellos son los protagonistas. ¡Eso les fascina! Por ello, dediquemos un tiempo, todo el que podamos, a la lectura en familia, al encuentro en ese mundo de aventuras, reales o imaginarias, que nos transportan juntos a otros mundos.
-CREANDO UN AMBIENTE DE CONFIANZA.
Si confiamos en nuestros hijos, estamos creando niños más responsables y seguros de sí mismos, con interés por autodescubrir el entorno y con más expectativas sobre sí mismos. Además, debemos ser sinceros con los pequeños, evitando las mentiras, por pequeñas e insignificantes que parezcan, de manera que nuestros hijos confíen en nosotros, y tengan claro que siempre estamos ahí para cuando lo necesitan.
-ABANDONANDO AQUELLO QUE NOS ENGANCHA, COMO EL MÓVIL.
En general, hoy en día uno de los mayores obstáculos que tenemos los adultos en la comunicación y conexión con nuestros hijos, es el uso de las nuevas tecnologías y más concretamente el tiempo real que pasamos utilizando el móvil, ordenador, Tablet, etc Es evidente, que todos necesitamos tiempo libre para aquello que nos gusta o para utilizar algunas de estas nuevas tecnologías, sin embargo, a veces anteponemos el uso de éstas a nuestros hijos. Ya sé que en principio todos diremos que dedicamos más tiempo a nuestros hijos que al móvil, por ejemplo, pero la realidad es que la mayoría de nosotros tenemos el móvil en la mano, o bien el whatssap o redes sociales abiertas mientras que hablamos, escuchamos, o jugamos con nuestros hijos. Esto nos indica que el tiempo que le estamos dedicando no es del todo real. Para ello, dejar un rato todos estos aparatos y centrar nuestra mirada y nuestra atención en los pequeños, es una herramienta ideal.
Podría seguir poniendo ejemplos sobre maneras de conectar con nuestros pequeños, pero estas que os he comentado creo que la mayoría de los adultos podemos hacerlas realidad si nos comprometemos más con la educación y atención de nuestros hijos. Todos podemos hablar, escuchar, compartir tiempo con nuestros hijos, leer con ellos y para ellos o bien dejar de lado las nuevas tecnologías.
Pensemos que el tiempo que les dediquemos será una gran inversión, que tiene sus beneficios y resultados positivos tanto a corto como a largo plazo. ¿Os animais?
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