Como habréis visto, recientemente ha aparecido en la prensa el caso de una niña que se tragó un objeto mientras estaba con sus padres en un centro comercial. El suceso ha sido sobre todo conocido porque la pequeña fue salvada por un conocido presentador de televisión y su mujer, todo gracias a la maniobra de primeros auxilios de Heimlich ante la mirada atónita de los allí presentes. Los padres estaban paralizados y no sabían cómo actuar, por lo que tuvieron suerte que Iker Jiménez y su mujer conocieran esta maniobra, de esta manera, el accidente se quedó tan sólo en un pequeño susto. Seguro que a dichos padres les habría venido bien conocimientos sobre primeros auxilios.
Eso nos hace plantearnos, ¿es necesario saber primeros auxilios? La respuesta es obvia: SÍ. Seguramente conozcas infinidad de historias de algún tipo de accidente en el que la ayuda médica ha tardado en llegar pero se salvó la situación gracias a la acción de alguien que conocía cómo actuar en situaciones de emergencia tales como atragantamiento, quemaduras, golpes, asfixia, entre otros.
Los accidentes son más comunes de lo que nos imaginamos y en cualquier momento nos puede ocurrir a nosotros o a nuestra familia, por ello debemos conocer cómo actuar y cómo responder ante una situación de peligro. En el caso de los más pequeños es común la asfixia porque se hayan tragado un objeto. Los progenitores debemos estar preparados y actuar con seguridad y rapidez en ese crítico momento. Empecemos con los primeros consejos sobre primeros auxilios.
¿Cómo debemos comportarnos ante un accidente? Conoce buenos consejos sobre primeros auxilios
Para mitigar los efectos de un accidente con los niños, lo primero es no agobiarse ni alarmarse porque esa ansiedad que estás sufriendo puedes transmitírsela al pequeño y la situación podría complicarse. Por ello, debemos estar tranquilos y actuar rápidamente para intentar resolver el problema de la mejor forma posible para que el niño sufra lo mínimo.
Mencionamos antes que la niña salvada por el presentador Iker Jiménez usó la maniobra de Heimlich, pero ¿En qué consiste este método de primeros auxilios?
Es una técnica de emergencia para evitar la asfixia cuando las vías respiratorias de una persona se bloquean tras ingerir un alimento u otro objeto. La maniobra puede ser utilizada tanto en personas mayores como en niños, aunque no es recomendable en bebés menores de un año. Si la persona que está sufriendo el atragantamiento no emite ningún sonido, se lleva las manos a la garganta con una expresión de desesperación o pánico y está consciente podremos realizar la maniobra siguiendo una serie de pasos:
Colócate detrás de la persona
Rodea la cintura del accidentado con tus brazos: la mano derecha en forma de puño cerrado en la parte superior del abdomen (a la altura de la boca del estómago donde se unen las costillas), y la mano izquierda tomando el puño, rodeando con los brazos la base del tórax.
Comprime el abdomen de forma rápida y brusca hacia arriba y hacia dentro con el puño.
Repite la maniobra varias veces hasta que la persona consiga extraer el cuerpo extraño que le está impidiendo respirar o si pierde el conocimiento.
Si la persona perdiese el conocimiento se pedirá ayuda inmediatamente explicando todo lo sucedido.
La maniobra de Heimlich en niños
Cuando la víctima sea un niño, siempre mayor de un año, deberemos ser capaces de identificar rápidamente los signos de atragantamiento.
Un niño puede estar atragantándose incluso si es capaz de jadear cuando abre la boca. La piel del pequeño podrá tornarse azul o rojo brillante, especialmente el rostro.
Si el niño tiene arcadas y tose, su conducto respiratorio estará parcialmente bloqueado. Esto se produce cuando la comida no baja al esófago, viajando en cambio a través de la tráquea. En este caso toser y tener arcadas puede ser una buena manera para desplazar la obstrucción.
Si esto no funciona, entonces llevaremos a cabo la maniobra:
Colócate arrodillado detrás del niño, siempre debes estar a su altura.
Coloca tu puño contra el vientre del niño, concretamente sobre el ombligo, con el lado del pulgar más cerca de su estómago.
Utiliza tu otra mano para coger tu puño y así ayudarte para empujar el puño hacia arriba varias veces.
Cuando el atragantamiento se produzca en niños menores de 1 año deberá:
Colocar al bebé boca abajo a lo largo del antebrazo y darle 5 golpes fuertes y rápidos en la mitad de la espalda, entre los omóplatos, con el talón de la mano.
Si el niño o el adulto pierden el conocimiento deberá bajarle al suelo, solicitar ayuda médica y realizar la conocida Reanimación Cardiopulmonar (RCP).
Inclina la cabeza hacia atrás, levantando su mentón y empujando para atrás su frente.
Pon tu oreja cerca de la boca de la víctima para comprobar que respira. Observa su pecho para ver si hay movimientos respiratorios.
Cierra las fosas nasales con los dedos y cubra su boca con la tuya. Cada respiración debe durar aproximadamente un segundo. Cuando realices las respiraciones, asegúrate de que su pecho suba y baje.
Tras esto, coloca la base de tus manos en el medio del pecho de la persona y aplica un total de 30 compresiones torácicas.
Se repetirá el ciclo RCP en dos respiraciones de 30 compresiones.
Abre el conducto respiratorio después de cada clico RCP inclinando nuevamente su cabeza hacia atrás.
Se seguirá realizando la reanimación cardiopulmonar hasta que llegue la ayuda médica o cuando la persona vuelva en sí.
Las dos técnicas que aquí os hemos señalado son muy conocidas, pero desgraciadamente no todo el mundo sabe cómo deben llevarse a cabo, por lo que, es importante que nos formemos en primeros auxilios. Recuerda que el saber no ocupa lugar y que además puedes salvar una vida.
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