De pequeña mi abuela me sentaba a su lado en el sofá y sacaba uno de esos grandes libros, de esos con muchos cuentos. Mi favorito era uno en el que un niño era secuestrado por una fea bruja que le agarraba y le llevaba al bosque. Quizás es porque tengo un vídeo en el cual salgo en ese sofá con mi abuela ojeando el libro, pero aunque hace tiempo que no lo veo, recuerdo perfectamente los pies desnudos del niño y las verrugas de la bruja. También pude ver la gran cantidad de preguntas que le hacía a mi abuela y a mi padre que era quien grababa. ¿Por qué se lo lleva al bosque? ¿Va a volver? ¿Por qué es tan mala esa bruja? Parece que mi habilidad para encontrar 50 preguntas para todo ya venía desde lejos.
La nueva generación de nenes es más multimedia, y no digo que eso sea malo, por supuesto hay que aprovechar las ventajas de la tecnología. Pero muchas veces se deja al niño colgado al iPad consumiendo vídeos en YouTube. Pepa Pig, Pocoyó, un vídeo tras otro. El iPad se convierte en la niñera y el peque consume multimedia sin dar verdadera relevancia a ningún vídeo, simplemente busca la novedad, el entretenimiento del momento. Y lo peor, lo hace solo.
Es bonito tener en casa una estantería llena de libros, libros que se toquetean de vez en cuando pero que podrían estar más explotados. Como muchas mamás cuentan en los blogs que leo (Mama también sabe, Trucos de mamás, Entremadres?), una de las actividades preferidas de los niños es la lectura del cuento. ¿Hasta cuándo se prorroga esta actividad? ¿3-4 años? Cuando los peques empiezan a crecer cada vez se pasa más tiempo con ellos haciendo tareas del cole. Se deja de lado esta actividad tan beneficiosa como es la lectura con los niños.
Para mí, la lectura siempre ha sido un momento íntimo, gratificante, entretenido, cultural (aunque no lo sabía), pero no empezó siendo individual. Aunque yo no supiera leer me encantaba pasar páginas y ver los dibujos, pero sobre todo me gustaba que hubiera alguien conmigo contándome las historias. Puedo decir, que cómo mejor he aprendido de la vida es con la lectura, con las historias de esos personajes a los que les ocurrían cosas muy diversas.
Además, yo tuve la suerte de ser bilingüe. Nací en Polonia por lo que el polaco ha sido mi lengua nativa. Aprendí a hablar en esa lengua y un poco a leer. Mi madre me dijo una vez que con año y medio ya era una cacatúa. Cuando llegué a España con casi 4 años, necesité un poco de tiempo para aprender el nuevo idioma. Las profes de infantil fueron muy pacientes conmigo y aunque no nos podíamos comunicar, me contaron más adelante que me llevaban a la sala de profesores para darme galletas y enseñarme cuentos.
Gracias a toda esta lectura, pero sobre todo gracias a que tuve con quien compartirla, pues mi familia se encargaba de leerme, nunca tuve dificultades en la comprensión lectora, es más, mis notas en la asignatura de lengua castellana siempre fueron altas. Además, al tener mezcla de dos idiomas tuve muchísima más facilidad para aprender inglés.
Hoy en día en nuestro país, el inglés se ha instaurado en todas las aulas y cada vez es más fácil encontrar centros bilingües. Los niños empiezan a tener la oportunidad que tuve yo, aprender en dos idiomas. Los profes les hablan en inglés, les enseñan vocabulario, cantan canciones y sí, también leen cuentos.
Es muy importante que esas ganas de leer no se pierdan, se ve que desde pequeñitos están predispuestos a coger un libro y a conocer sus relatos, ¿por qué hacer que se pierdan esas ganas? Pues aprovechemos que están aprendiendo inglés y matemos dos pájaros de un tiro. Las generaciones de ahora cada vez van a tener que estar mejor preparadas, y más con los idiomas. La mayoría sabemos inglés así que aprovechemos para pasar un buen rato con los niños.
Yo paso mucho rato con éstos en los veranos o en las tardes escolares, dándoles clases. Pero algo que disfruto mucho con ellos también es la lectura en inglés, intento sacar esa curiosidad que sé que tienen y que de paso, aprendan vocabulario. De momento he tenidos varios libros que leerles pero me estaba quedando corta así que decidí investigar un poco para ampliar mi colección.
Me topé con la colección de libros de Oxford, una editorial británica con amplia experiencia en este campo. Me la recomendó una amiga así que tenía que probarlo. Y la verdad es que ha sorprendido muy gratamente. Lo mejor de los libros Oxford es que vienen también en audio, los llamados audiolibros.
Siempre estoy comentando que es una verdadera lástima que España no sea mercado de este tipo de libros pues son muy cómodos. Yo tuve la suerte de probarlos en mi Eramus en Francia, cuando aprendía francés y aún me costaba la comprensión. Cogía el libro en papel y ponía el CD de audio en el ordenador. Poco a poco aparte de aprender vocabulario pude mejorar mi pronunciación y mi comprensión ya que mi oído ya estaba más puesto a entender este idioma. En las bibliotecas francesas era fácil conseguir estos audiolibros.
Pues bien, me puse muy contenta de ver que hay editoriales que apuestan por estos formatos. En la colección de libros de Oxford he encontrado libros por niveles y diversidad en títulos. Dentro de poco voy a leerme alguno que he adquirido para probarlos, no os preocupéis que escribiré un post con mi experiencia. Os paso el enlace al catálogo para que echéis un vistazo y los probéis también.
Así que ya no hay excusas, los recursos están ahí y ahora sólo hace falta hacerse con uno de esos libros para enseñar el amor por la lectura y de paso inglés, que les hará falta. ¿Habéis tenido experiencia con los audiolibros? Me gustaría saber vuestra opinión.
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