Poner al bebé en una posición que aún no domine.
Interrumpir su libertad de movimiento.
Zarandearlo, lanzarlo al aire o moverlo de manera brusca.
Evita intervenir en sus exploraciones, déjalo disfrutar de la búsqueda de solución.
Dejarlo llorar, el estrés y la ansiedad le provocará miedo e inseguridad.
No lo entrenes, él aprenderá solo lo que tenga que aprender.
No le pongas zapatos, si aún no camina, no los necesita.
Evita ponerlo boca abajo, de espaldas podrá ejercitar al máximo toda su musculatura.
No ofrecerle demasiados juguetes, esto no le permitirá detenerse a observar todas las características de los objetos.
Hacer las cosas sin anticipárselas, prevenir al bebé frente a algo que va a suceder ya sea agradable o desagradable. Esto le trasmitirá seguridad y le permitirá autorregularse en los momentos de angustia.
Controla tus actitudes intervencionistas, no te anticipes a lo que creas que pueda estar necesitando. Míralo, espera sus reacciones para comprender y poder dar una respuesta a lo que realmente el bebe necesita.
Recuerda: "Un niño necesita ser mirado como un adulto necesita ser escuchado". Myriam David
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