Creo que todos, independientemente de lo arraigado que tengamos el instinto maternal o paternal, caemos rendidos a los encantos de estos fabulosos enanos, al más mínimo gesto que nos dediquen.
La felicidad en los bebés, no se mide con los mismos parámetros que aplicamos nosotros,los adultos. Para ellos, ser felices consiste en cosas básicas como notar calor, amor,o la cercanía de los suyos. Principalmente de tí.
Generalmente, tienen dos formas de exteriorizar lo que sienten. La risa y el llanto.
Muchas madres, sobre todo las primerizas, que suelen tener más dudas y miedos en torno al bienestar de sus hijos recién nacidos, porque temen no saber si se encuentran a gusto, qué es lo que necesitan, o qué de atenciones les gustaría recibir por tu parte, como madre.
Según cita una conocida psicóloga, Mariela Michelena, autora de 'Un año para toda la vida', hay factores o pistas, que pueden orientarte en la maravillosa tarea de hacer feliz a tu bebé.
Tu voz, la más familiar y cercana de todas las que oiga nunca. Hablarle con voz tranquila, casi susurrante, le ayuda a sentirse protegido.
Estar en brazos, pues, de alguna manera, el bebé nota cómo se está reproduciendo ésa sensación que experimentaba en tu vientre, durante 9 meses, con la salvedad de que ahora el punto principal de apoyo serán tu regazo y tus abrazos.
La música y las canciones. A los bebés les encanta que les canten, que les estimulen y motiven. No olvides que las nanas, sobre todo a los recién nacidos, tienen efectos en su inteligencia a largo plazo.
Tu olor y tu tacto. Volvemos a lo mismo. Tú eres vital para él, porque has sido su hogar durante muchos meses. Por eso, de manera inevitable, tu roce, tus caricias o masajes, van a constituir toda una atracción para tu bebé. ¡Le encantas!
Además, el agua, los paseos, la risa, o los juegos, suelen ser otros focos de disfrute para ellos.
Y a tu bebé en concreto, ¿qué le hace especialmente feliz ? ¿Cuál es su 'perdición'?
Y a los padres de hijos más mayorcitos, ¿recordáis cómo 'conquistábais' a vuestros retoños?