Hoy os cuento cómo he tratado de acompañar a mi hija en su primer día del cole sin morir en el intento.
Sí, tal cual suena.
Como muchos sabeis soy maestra, con lo cual mi horario coincide totalmente con el de mi hija por lo que no iba a poder estar con ella en su primer día de colegio. Por eso antes ya de que acabara el curso en junio, estaba dándole vueltas a la cabeza sobre qué hacer. Por un lado, la duda de si escolarizar a Vera o no, en infantil. Finalmente, decidimos que por la disponibilidad que tendríamos tanto M como yo, lo mejor sería que fuera al cole. Y ahí vino la segunda historia. Ya que no iba a poder llevarla y recogerla a diario, sin duda, no quería perderme su primer día de cole. No sabía cómo podía reaccionar y más aún sabiendo que siempre ha estado con nosotros, no la hemos llevado a guardería ni nada.
Con todo esto… en julio solicité mi día de asuntos propios y hasta ayer mismo, 9 de septiembre, aún no sabía si podría estar hoy con Vera o no. Y me pregunto… Si estoy renunciando a mi sueldo y todo lo que conlleva un asuntos propios… ¿Por qué tanto papeleo e impedimento? Señores… que además de un trabajo tenemos vida y asuntos personales que atender. Pues así… hoy finalmente he podido estar con Vera, acompañarla, adelantarle como sería su llegada al cole, prepararla de algún modo para lo que iba a vivir… pero aún así… ha sido bastante duro. Iba muy contenta pero cuando le tocaba entrar, ya le cambió la cara y se ha puesto a llorar durante un buen rato.
Y mientras… yo aún con mis dudas, sobre si esto es necesario… si se lo podía haber evitado.
El caso es que ya ha pasado el rato, y eso que hoy solo ha ido media hora, y parece que está más o menos contenta, que le ha caído bien su maestra y se ha encontrado a gusto en su nueva clase. Además, parece que han dado en la tecla y han conseguido engancharla con canciones y bailando que es una de las cosas que más le gusta hacer.
Y ahora, ya más tranquila me acuerdo de todos los que no entienden que haya faltado a mi trabajo hoy para poder estar con mi nena, de los que me pusieron caras raras… y feliz por haberlo hecho, por haber estado cerca de ella hoy que tanta falta le hacía, por haberle dado mi beso invisible en la mano para cuando lo necesitara… por ver su cara de alivio al ver que estaba allí recogiéndola, abrazándola de nuevo.
Porque a veces… sentir que tenemos cerca a las personas que queremos, nos hace sentir más seguros y confiar en lo que está por venir.
¿Y vosotros, como habeis vivido el primer día?
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