Un embarazo es de alto riesgo obstétrico (ARO) cuando existe algún factor de riesgo que puede comprometer la vida de la madre y/o del feto, el alto riesgo obstétrico puede identificarse en el embarazo en una mujer que previamente era sana o puede anticiparse a su presentación cuando son mujeres con antecedentes de patologías. Durante el embarazo, pueden suceder muchas cosas en vista de que la mujer experimenta diversos cambios no solo físicos sino también mentales que son fisiológicos, pero a su vez se pueden presentar patologías propias del embarazo y es de vital importancia reconocerlas y manejarlas adecuadamente, tomando importancia siempre un adecuado control prenatal, siendo la base para identificar precozmente alteraciones que pudieran tener tanto la madre como el feto.
Entonces, según la definición anterior podemos identificar un embarazo de alto riesgo obstétrico, pero ¿cómo sabemos cuando un embarazo es de bajo riesgo obstétrico?, pues sencillamente es aquel estado en el cual la embarazada evaluada de manera integral, presenta condiciones óptimas tanto para su bienestar como para el de su bebé, no evidenciándose ningún factor de riesgo que pueda modificar eso.
Hay que identificar y diferenciar a las mujeres que llevan un embarazo normal de aquellas que presentan alto riesgo obstétrico porque su manejo debe ser más especializado y según el tipo de riesgo que tenga puede requerir incluso de un equipo multidisciplinario. Hay algunos factores de riesgo que pueden afectar a una mujer embarazada y por lo tanto los mismos pueden determinar un embarazo de alto riesgo obstétrico, entre ellos están:
Maternos: Edad, peso, talla, uso de drogas o fármacos, patologías pre-existentes.
Neonatales: Malformaciones,
Cronológicos: Pre-gestacionales (Obesidad, gestacionales (pre-eclampsia, diabetes, infecciones del tracto urinario) e intraparto (desproporción feto pélvica).
Tipos de Alto Riesgo Obstétrico:
El alto riesgo obstétrico se clasifica en tres tipos dependiendo de los factores de riesgo que presente la embarazada, siendo entonces:
Alto riesgo obstétrico tipo I: Existe uno o más factores de riesgo, pero sólo de tipo epidemiológico y/o social, lo que quiere decir que suponen ciertas condiciones de riesgo pero aún así no son patologías que afectan el embarazo o la integridad del binomio madre-hijo. En este tipo de alto riesgo obstétrico se incluyen:
Analfabetismo: Esto se incluye dentro del grupo de alto riesgo obstétrico tipo I porque a pesar de no ser una patología, implica un elevado riesgo social, ya que normalmente estas gestantes están menos orientadas acerca de un embarazo y con frecuencia pertenecen a estratos socioeconómicos bajos que pueden implicar otros tipos de riesgo.
Pobreza crítica: Debido a que se asocia a déficits nutricionales, que pueden provocar en la embarazada: anemia, partos prematuros, pre-eclampsia, bajo peso fetal al nacer, entre otros.
Unión inestable: Siempre es preferible que la madre cuente con el apoyo del padre de su bebé, ya que de esta manera puede tener a alguien que la apoye de manera emocional, lo que ayuda a reducir el estrés y si se presenta una emergencia, alguien la puede auxiliar.
Control prenatal tardío: Es recomendable que el primer control prenatal sea antes de las trece semanas de gestación, es decir, en el primer trimestre de embarazo, ya que de esta manera pueden detectarse ciertas alteraciones que pueden atacarse rápidamente; en cambio es un alto riesgo obstétrico el que una embarazada comience a acudir a sus consultas prenatales después de dicho momento o peor que nunca haya acudido.
Vivienda no accesible al establecimiento de salud: En los casos en que se presente una emergencia o incluso el trabajo de parto y la mujer no pueda llegar al centro de salud, lo que representa una demora ya que no es atendida en el lapso de tiempo ideal, eso representa un riesgo tanto para la madre como para el feto y las consecuencias pueden ser fatales.
Adolescente gestante: Las adolescentes se encuentran en pleno crecimiento, por lo que no están ni física, ni psíquica ni fisiológicamente aptas para mantener un embarazo, es por esto que representan un alto riesgo obstétrico, además de que ellas presentan una mayor probabilidad de tener: pre-eclampsia, alteraciones nutricionales, partos pre-términos, malformaciones fetales, bajo peso al nacer, entre otras.
Madre mayor de 35 años: Tienen mayor riesgo de pre-eclampsia.
Talla menor de 150 cm: Comúnmente, las mujeres que miden menos de un metro y medio tienen desproporción feto pélvica factor materno, lo que implica que el parto será atendido por vía alta, es decir, una cesárea y esta vía no es la fisiológicamente indicada.
Alto riesgo obstétrico tipo II: La madre se encuentra en buen estado de salud, pero tiene uno o más antecedentes de patología gineco-obstétrica, se incluyen como alto riesgo obstétrico tipo II los siguientes:
Madre Rh–: Son alto riesgo obstétrico tipo II en vista de la incompatibilidad del factor Rh, a la cual se asocian múltiples complicaciones tanto maternas como fetales.
Cesárea anterior: Normalmente, se realizan cesáreas por la presencia de algún factor que impidió la atención del parto por vía vaginal y en un embarazo posterior, es probable que persista dicha condición, por lo que se realizaría otra cesárea, y las intervenciones quirúrgicas son relevantes porque son el factor de riesgo que se asocia con mayor frecuencia a acretismo placentario.
Ruptura prematura de membranas: La ruptura prematura de membranas es la solución de continuidad de las membranas ovulares antes de que se inicie el trabajo de parto, esta predispone a infecciones neonatales, corioamnionitis, muerte fetal, oligohidramnios, entre otras.
Distocias dinámicas: Son alteraciones que se producen durante el trabajo de parto, en las cuales no se produce la dilatación adecuada, por lo que no hay progresión apropiada del trabajo de parto, habiendo que intervenir mediante distintas técnicas para hacer avanzar dicho trabajo de parto y que no se prolongue.
Peso inadecuado para la edad gestacional: Ya sea materno o fetal, esto determina una serie de complicaciones.
Malformaciones congénitas fetales: Dependiendo del tipo de malformación fetal, ya que hay algunas que pueden culminar en un aborto espontáneo, también es probable que se produzca la muerte intraparto o neonatal, a su vez, hay otras que son compatibles con la vida, pero se debe tener un equipo multidisciplinario preparado para poder brindar la atención adecuada según sea el caso.
Embarazo prolongado: Se dice que un embarazo es prolongado cuando se sobrepasan las 42 semanas de gestación y es un alto riesgo obstétrico porque se pueden presentar infartos y calcificaciones de placenta, oligohidramnios, restricción del crecimiento intrauterino, sufrimiento fetal, entre otros.
Alto riesgo obstétrico tipo III: Este representa el grupo de mayor riesgo, las embarazadas con alto riesgo obstétrico tipo III requieren de una atención especializada y multidisciplinaria, en este grupo se incluyen:
Cáncer: Es una enfermedad debilitante, que requiere de quimioterapia y los fármacos usados para la misma están contraindicados en el embarazo por el elevado número de alteraciones que genera en el organismo fetal, además de que muchas veces el embarazo no llega a término porque el cuerpo de la madre es incapaz de mantener el embarazo.
Placenta previa: Por las complicaciones potenciales cuando hay placenta previa sangrante.
Pre-eclampsia: Cualquier tipo de trastorno hipertensivo en el embarazo es sumamente peligroso.
Presentaciones viciosas: Las presentaciones viciosas, se refieren a presentaciones que adopta el feto que son anormales, lo que puede provocar prolongación del período expulsivo, asfixia, desgarros del canal blando del parto, muerte intraparto y culminar en una cesárea segmentaria.
Desproporción feto-pélvica: Las desproporciones feto-pélvicas, pueden ser por factor materno (talla baja, pelvis estrecha) o por factor fetal (hidrocefalia, fetos macrosómicos); estos embarazos de alto riesgo obstétrico deben planificarse para cesárea.
Cardiopatías: Cualquier mujer con cardiopatía (infartos previos, arritmias), sin importar el tipo, su parto debe ser atendido por cesárea, ya que el trabajo de parto por vía vaginal podría traer aún más complicaciones.
Nefropatías.
Diabetes y otras alteraciones endocrinas.
Conducta frente a un embarazo de alto riesgo obstétrico:
El control prenatal debe ser más estricto, esto dependiendo del tipo de alto riesgo obstétrico, por lo que las consultas prenatales serán más seguidas que en un embarazo normal o de bajo riesgo y se solicitarán pruebas especiales para el seguimiento del bienestar fetal y materno según sea el caso. El manejo depende del tipo de complicaciones, ya sean sistémicas u obstétricas, es por esto que estas embarazadas deben estar no sólo controladas por un gineco-obstetra, sino también por un perinatólogo, un neonatólogo e incluso más especialistas dependiendo del caso, estas medidas se toman normalmente en embarazos de alto riesgo obstétrico tipo III.
Entre algunas medidas generales que deben tomarse en cuenta, destacan:
Consultas prenatales más regulares.
Alimentación saludable y equilibrada.
Realizar ecografías más frecuentemente.
La entrada ¿Cuándo un embarazo es de alto riesgo obstétrico? aparece primero en Mega Medico.