Mañana es mi cumpleaños y no puedo evitar pensar y hacer un recuento de todas las bendiciones que obtenido a lo largo del último año.
La primer bendición que me viene al corazón es saber que mi padre sigue conmigo, que lo puedo seguir abrazando, que me puede dar su bendición, estar con el, es el regalo más grande que la vida me puedes seguir dando.
Y sin afán de enumerar las bendiciones, la más grande es tener la oportunidad de ver crecer a mis hijos felices, responsables, buenos, amorosos, sanos, siendo musicales, haciendo de mi vida un torbellino de amor y sobre todo de ternura es lo que me motiva día día para seguir adelante.
Al tener como compañía diaria mi esposo como cómplice de vida, que es un buen hombre que ha sostenido fuerte mi mano en los malos momentos y tampoco la ha soltado en los buenos en los que hemos forjado recuerdos hermosos, la verdad tengo mucha suerte.
El hablar diario con mi hermana y el tener a su familia en mi vida diaria son bendiciones invaluables, tener a mi sobrino es otro hijo que la vida me puso en las manos para poder ayudarlo a crecer, el estar juntas, fue el primer regalo que la vida me dio y que gracias a Dios puedo presumir que la sigo teniendo.
También tengo hermanas de vida desde la infancia a quienes quiero con todo mi corazón y que sé que siempre vamos estar juntas, no cualquiera puede tener esta suerte, las valoro y les deseo lo mejor que la vida les puede regalar.
El poder convivir con mis amigas ya sea que vivan aquí o no y sus familias el poder estar en contacto con sus hijos que sean amigos de los míos eso es otra de mis más grandes bendiciones.
El tener a dos tías que son como mis madres y en las que se, siempre puedo apoyarme cuando más las necesito en las buenas y en las malas, las amo con todo mi corazón y agradezco a mi madre el habérmelas heredado le pido a Dios que me las cuide muchos años más.
Mi familia política, mis sobrinos, el poder verlos crecer y ser testigo de como van haciendo sus vidas ha sido una experiencia maravillosa llena de amor hacia ellos.
También tener a mi perrita es algo hermoso, poder cuidar a un ser indefenso que solamente te llena de amor es un regalo inmenso y ahora que está viejita prometo cuidarla mas cada día así como me cuida ella a mi.
A los 40 me doy cuenta que aunque la vida te ponga el pie, siempre va haber una mano que te puede levantar y que mejor que sean las personas que forman tu familia ya sean de sangre o de amistad y de verdad agradezco infinitamente a Dios la oportunidad que me ha regalado para poder convivir con todas y cada una las personas que están en mi camino y sobretodo en mi corazón.