En lo profundo de de cualquier emoción, sentimiento, recuerdo, expectativa, anhelo, siempre va hacer algo o alguien quien lo haga salir para poder sentirla a flor de piel.
Yo he aprendido que no puedo dar a nadie ni a nada por hecho, solamente lo que hoy se me presenta es lo que puedo afirmar que tengo y la verdad es que todo cambia en un segundo.
De un momento a otro la vida te hace feliz o te revuelca en dolor.
La actitud es lo que te hunde o te saca pero solo está dentro de ti, nadie puede darte motivos, solo uno mismo puede salir de un mal estado emocional.
Ten siempre presente las bendiciones para que las tristezas no te consuman.
Si realmente pudieras salir un poco del miedo de lo que puede pasar y pudieras concentrarte en la realidad sufrirías menos, bajar las expectativas y abrir los ojos a los hechos, al hoy por hoy, al segundo por segundo te darías cuenta que dormirías más tranquila.
Claro que todo influye, el amor a las personas que te rodean, no está padre si se enferman o tienen problemas y por supuesto no puedes ser indiferente a ellos, te afectan y de manera significativa, pero cuando hay eventos que no puedes cambiar y solo tienes que esperar y tener fe en que se resuelvan o mejoren para la otra persona y por consecuencia para mismo.
Muchas veces te da miedo, no quieres hablar ni ver a nadie y no es fácil enfrentar lo que se viene.
A los 40 el miedo si ha sido parte de mi vida, sobretodo el de perder a quienes amas, mas adelante escribiré mi mas reciente temor, pero lo bonito de cuando te encuentras así es que a donde volteas hay alguien de forma física o espiritual que te acompaña, siempre he constatado que aunque quiera aislarme del mudo ante un dolor grande, junto a mi aparecen personas, las mas cercanas o la sorpresa de quien menos te lo esperas, de verdad, si abriéramos el corazón veríamos que la soledad en si es falsa, porque me he sentido sola, pero siempre hay en algún lugar alguien que a la distancia o en la cercanía, me acompaña, ese alguien son mi familia, mi gente y sobre todo Dios.