Normalmente, la silla alta es adecuada para niños que ya pueden sentarse bien solos, es decir, a partir de los 6 meses de edad y con mayor frecuencia entre los 8 y 9 meses de edad. Se utiliza para alimentar la comida con una cuchara cuando el niño ha empezado a diversificarse instalándose a la altura adecuada. Ya sea desde la mesa de la familia o frente a usted sentado en una silla. Sin embargo, algunos modelos se pueden utilizar desde el nacimiento o a los 3 meses y sustituyen el uso de la tumbona. Para ello, el asiento debe estar muy acolchado y, sobre todo, debe reclinarse en posición semirrecostada.
Existe una amplia gama de modelos, a todos los precios: en madera, plástico, línea básica, diseño o tradicional, plegable o desmontable, escalable.... a adoptar según su perfil. Para la comodidad y seguridad de su bebé, asegúrese de que haya un reposapiés para que sus piernas no cuelguen en el vacío, lo cual es incómodo y perjudicial para su espalda, y una entrepierna y un arnés.
Y si lo compras de segunda mano
* En una venta de garaje o en un mercadillo, si quieres un modelo vintage, ten cuidado porque las normas de seguridad se han vuelto más estrictas con el tiempo y tu vieja trona, por muy bonita que sea, puede presentar riesgos: falta de estabilidad por falta de espacio entre los pies, riesgo de pellizcos en los dedos en los huecos, ausencia de entrepiernas que permitan que el niño se deslice por debajo de la estantería, falta de arneses.....
* Si lo encuentras en Internet, pídele al vendedor que te dé una demostración en vivo de cómo plegar y desplegar, estabilidad y zoom en los arneses y el asiento: si un cojín de tela lo cubre, debe estar limpio y lavable.
* En cualquier caso, es preferible que sea lo suficientemente reciente para cumplir con las actuales normas de seguridad NF S54-007, que definen en particular la altura del respaldo (más de 35 cm). Si tiene ruedas (dos como máximo según el estándar), compruebe que el freno funciona bien. Revise el estado de las correas del arnés, la hebilla de sujeción, para asegurarse de que no se agrieten piezas de plástico que puedan ceder y lastimar a su hijo. Las bisagras plegables también deben ser impecables.