Durante el embarazo, son muchos los buenos hábitos que se pueden adoptar para vivir esta etapa de manera saludable, lo cual se verá reflejado en el bienestar de la mujer y del bebé. Junto con una alimentación equilibrada, uno de estos hábitos más beneficiosos es la práctica de ejercicio con regularidad. Sin embargo, esta cuestión suscita muchas dudas por parte de las embarazadas, que se preguntan si es perjudicial para el feto o si pueden realizarlo con la misma intensidad de antes. Para resolver estas y otras cuestiones, hemos elaborado este reportaje con toda la información que necesitas en un momento tan único como el embarazo.
Ejercicios recomendados
Antes de comenzar con un plan de ejercicios determinado, hay que tener presente si la embarazada está en forma o no. En el caso de que la mujer ya practicara ejercicio con regularidad, puede seguir con su entrenamiento normal, con ciertas modificaciones según las circunstancias. En el caso contrario, se debe empezar poco a poco, 5 minutos al día, e ir aumentando el tiempo hasta los 30 minutos. Mantenerse hidratada y con una adecuada temperatura corporal es fundamental, por lo que se aconseja beber mucha agua. Asimismo, es muy importante que la mujer se sienta cómoda, por lo que debe elegir ropa holgada, y un sujetador apropiado para proteger el pecho.
El deporte más valorado por los médicos y entrenadores físicos durante el embarazo es la natación, excepto los estilos crol y braza, ya que pueden causar dolor de espalda. Nadar es el ejercicio más seguro, además de hacer sentir más ligera a la mujer, a pesar de su aumento de peso. Asimismo, caminar o realizar ejercicios aeróbicos de bajo impacto son unas de las mejores actividades cardiovasculares que puede realizar una embarazada.
Por su parte, los ejercicios de flexibilidad, como el yoga o los estiramientos, también son muy aconsejables en este momento, ya que ayudan a la mujer a fortalecer y relajar sus músculos y a mantener su elasticidad. Sin embargo, no debemos olvidar la importancia de ejercitar el corazón, por lo que si se opta por esta clase de actividades más suaves, se recomienda nadar o caminar dos o tres días a la semana.
Ejercicios que debes evitar
Existen una serie de actividades que se no deben realizar durante este periodo, como los ejercicios de impacto, aquellos que impliquen botes, saltos, cambios bruscos de dirección, etc. Asimismo, tampoco se recomiendan los ejercicios que requieran acostarse boca arriba a partir del primer trimestre.
Los deportes de raqueta se desaconsejan a partir de la semana 20, o incluso antes si surge alguna complicación, ya que implican realizar saltos muy bruscos. Además, todos aquellos deportes en los que el riesgo de caída es muy alto o hay algún tipo de contacto físico, como el esquí o la equitación, es mejor no practicarlos desde el inicio del embarazo.
Beneficios para la embarazada
La actividad física ideal durante el embarazo es aquella que combina ejercicios cardiovasculares, de flexibilidad y que prepara a la mujer para el parto, sin implicar un esfuerzo exagerado. Pero ademas, optar por alguna actividad moderada en esta etapa ayuda a la mujer a disminuir las molestias típicas.
Asimismo, el deporte hace que la embarazada se sienta mejor consigo misma, ya que el ejercicio aumenta la sensación de control, el nivel de energía, y libera endorfinas, por lo que también mejora el sueño de la mujer, al aliviar el estrés y la ansiedad. También aumenta el flujo sanguíneo gracias a la actividad física, y en consecuencia la piel luce más saludable. Otro aspecto a tener en cuenta es que si se realiza ejercicio durante el embarazo se acumula menos grasa, facilitando la pérdida de peso después de dar a luz.
Posibles riesgos
Como comentábamos anteriormente, los ejercicios de relajación, de calentamiento y de estiramiento son los idóneos en estos momentos, evitando realizar esfuerzos físicos en exceso y de manera continua. El peligro de excederse en la actividad física puede suponer un mayor riesgo de parto prematuro, retraso en el crecimiento intrauterino, incluso, malformaciones fetales.
Además, hay que tener presente que, durante el embarazo, las articulaciones de la mujer están más sueltas debido a los cambios hormonales. Esto incrementa las probabilidades de sufrir algún tipo de lesión física, como los esguinces.
Para concluir, debemos resaltar ciertos síntomas que nos indican que la mujer debe cesar la actividad y acudir al especialista cuanto antes. Estos son la hemorragia vaginal, tener dificultad para respirar o sensación de contracciones, incluso sentir debilidad muscular y mareo. Ante estas condiciones, el ejercicio físico está totalmente contraindicado, y la mujer deberá guardar reposo.
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