Hola, no hace mucho comenté en facebook el futuro empleo de mi hijo pequeño: especialista del caos.
La verdad es que como especialista del caos todos los niños/as tienen bastante futuro, porque el hecho de ser niños/as ya conlleva ser algo caóticos o sembrar el caos por donde pasan.
Mi teoría
Ojo, que el caos, al igual que otras cosas que tomamos por negativas en nuestra diferenciación entre el bien y el mal, no tiene por qué ser algo malo.
Te voy a contar mi teoría del ying yang, algo muy personal, así que si quieres debatirme hazlo con respeto.
Cuando tenía 12 años pasé un gran verano con mi primo Juanvi, que solo es un día mayor que yo, en Pinto y allí descubrí el ying yang.
Mi primo me regaló un collar que nunca me quito desde aquel verano de hace ahora 17 años.
El ying yang es un símbolo que había visto miles de veces en las carpetas de mis compañeras y que quedaba muy chulo.
Pero es mucho más que eso. Es el equilibrio entre el bien y el mal y la necesidad de la existencia del uno para la existencia del otro.
Con los años el ying yang para mí se convirtió en una forma de ver la vida:
no todo es blanco o negro
todo lo positivo tiene algo negativo y todo lo negativo algo de positivo
no hay orden sin un caos previo
no hay luz sin oscuridad
Y ahora te explico una por una para que me entiendas, que es algo complejo conseguir entenderme, pero vamos a intentarlo.
No todo es blanco o negro
En este aspecto aplico esta frase en mi vida diaria para enfrentarme a los problemas, nunca doy nada por perdido hasta que se ha perdido realmente.
Intento buscar una solución y una explicación a todo lo que ocurre, tanto malo como bueno.
Y aquí tiene que ver mucho el karma o algo bastante similar: si haces cosas buenas recibes cosas buenas y si haces cosas malas recibes cosas malas.
Pero como no todo es blanco o negro me permito matices como ser algo mala de vez en cuando.
No seguir ninguna religión también facilita mucho esta parte de mi vida en la que puedo ser un poco bruja de vez en cuando sin tener que arrepentirme o temer porque me caiga un rayo.
Lo positivo y lo negativo
Todo lo positivo tiene algo negativo y todo lo negativo algo positivo: de eso va este blog, el balance positivo, puedes verlo en la bienvenida.
Lo positivo casi siempre trae consigo un sacrificio, un esfuerzo que a veces nos gustaría destinar a otra cosa o directamente a nada.
Para obtener algo positivo hay que pelearlo, hay que ser constante, no rendirse e ir a por ello.
Ese esfuerzo es la pequeña parte negativa, y esa misma parte negativa a su vez nos aporta una gratificación positiva.
De todo aprendemos, pero de lo que más aprendemos es de nuestros errores, que obviamente son negativos, pero si aprendemos de ellos ya obtenemos algo positivo ¿verdad?
De nuevo los blancos y negros se mezclan.
Hace poco un chico debatía sobre lo malísimo que era odiar y me dió mucho que pensar: si odiamos a alguien por cómo se comporta, por su forma de ser, etc. y eso ya nos lleva a no ser como esa persona e intentar ser mejor ¿acaso no nos ha aportado algo positivo el odio que en principio es un sentimiento negativo?
Libros para entenderlo
Uno de los libros que ya reseñe en su momento y que tratan de forma impecable este tema es Ay no!.
Hoy te traigo una reseña gracias a Boolino que también trata este tema de la relación de lo negativo y lo positivo:
El vecino pesca un pez
Autor: Koen Van biesen
Ilustrador: Koen Van biesen
Editorial: Tramuntana Editorial
Idioma: Español
Edad: 4-8 años
Año: 2017
El vecino sale en bicicleta con la niña y el perro dando un tranquilo paseo hacia la charca para pescar.
Lo que debía ser un tranquilo paseo se convierte en una pequeña odisea, ya que a su paso por la ciudad van pescando objetos que no les pertenecen.
Esto crea un malestar entre la gente a la que le van sustrayendo, sin querer, los diferentes objetos y comienza una persecución un tanto alocada.
Debido a un pequeño accidente lo que comienza siendo una persecución termina siendo una mera anécdota graciosa que les une a todos, olvidando su enfado.
Algo negativo termina provocando una situación positiva.
El libro es muy sencillo y prácticamente narra la historia a través de las ilustraciones.
Tiene poco texto, frases que se repiten a lo largo del libro, onomatopeyas y sobre todo una letra grande y dinámica que se introduce de forma muy natural en las ilustraciones.
A los niños les hace mucha gracia “cómo la lían” y se aprenden el texto en seguida dando lugar a juegos y teatralizaciones.
No hay orden sin caos
El caos es primigenio. Todo debe ser puesto patas arriba para que valoremos después el orden.
Si nuestra vida se mantuviera en un orden constante no lo valoraríamos, el caos es necesario para valorar el orden posterior.
Esta se ve en las casas de quienes tenemos hijos: si la cama no se deshace no podemos disfrutar de una cama bien hecha, si no se descolocan los juguetes no valoraremos después lo ordenados que están…
También lo vemos en las pelis de super héroes en las que para salvar a la gente siempre se destroza algo de un modo brutal por el camino.
Ocurre también cuando creamos algo: recortamos tela y la hacemos trozos para luego coserla y convertirla en algo ordenado, sea ropa o complementos; ensuciamos un impoluto lienzo blanco para convertirlo en una obra de arte…
Libros para entenderlo
Para tratar este tema del orden y el caos en casa tenemos el libro de:
Marta, el hada mágica…un poco desordenada
Este libro llegó a nuestras manos gracias a Boolino, a cambio de comentar nuestros libros favoritos en su plataforma.
Si tú también quieres formar parte de Boolino sigue este enlace y apúntate, si además tienes un blog te enviarán libros para que los reseñes:
https://www.boolino.es/promo/libro-sorpresa/?afid=usr93638
Marta es un hada mágica que todo lo puede arreglar con su varita, hasta su desorden.
Eso siempre que entre tanto caos no pierda su varita.
Al final de la historia Marta habrá aprendido gracias a su desorden un par de lecciones sobre el esfuerzo y el orden.
Incluye 12 actividades al final y pegatinas.
No hay luz sin oscuridad
Esta frase al igual que las anteriores se interpreta como que si no tenemos periodos en los que lo pasamos realmente mal y sufrimos, no valoramos con igual intensidad aquellos periodos en los que estamos estupendamente.
Esta ha sido la premisa de mi vida, porque desde mi fracaso en la universidad, la separación de mis padres, mi propia separación hasta el día de hoy he vivido intensos periodos oscuros.
Algunos con problemas que traspasaban lo psicológico y me provocaban ataques de ansiedad.
Pero ¿de no haber vivido todo lo que viví con la intensidad como lo viví, sería como soy hoy en día?
Durante mi infancia nunca fui fuerte, desde pequeña el adjetivo elegido para mí era sensible y buena, pero no fuerte.
Hoy día soy fuerte y capaz de lo que me proponga porque he pasado por esos periodos oscuros, los he superado, los he analizado y he aprendido.
Lo de aprender es importante, porque si no, no sirve de nada la oscuridad si al final no aprendes y generas luz.
Feliz última semana de curso
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