El verano es la época perfecta para disfrutar con nuestros hijos en uno de sus terrenos de juego favoritos: la playa.
Lo que para nosotros supone un día más tostándonos bajo el sol y disfrutando de la brisa marina, para ellos puede convertirse en una jornada fascinante que recordarán durante el resto de su vida.Un escenario como éste nos brinda un mar de oportunidades más allá del típico juego de palas y la construcción de castillos de arena. Sólo necesitamos planificar en casa los juegos de los que vamos a disfrutar a lo largo del día.
Con un poco de imaginación, es fácil crear juegos en los que padres e hijos tengan que trabajar conjuntamente, mejorando así los lazos de unión familiares para el resto del año. Arantza Silgado, maestra de Educación Infantil, asegura que "todos los años, cuando llega el mes de septiembre y los niños regresan al colegio, se vuelven como locos contando todo lo que han hecho con sus padres en la playa.Para ellos es un momento muy especial, y los padres deben aprovecharlo al máximo". Por eso, en este reportaje encontrarás multitud de actividades para realizar con tus hijos en la playa este verano.
¡A mover el esqueleto!
Si el día en la playa no es excesivamente caluroso, podemos llevar a cabo un gran número de juegos que impliquen una actividad física importante, siempre teniendo en cuenta que los niños deben llevar una gorra y protector solar para evitar quemaduras.Empezando por algo sencillo, la carrera de carretillas humanas siempre es un éxito asegurado, proporcionando carcajadas a raudales. Si el niño es aún muy pequeño, lo mejor es hacerlo cerca de la orilla, donde la arena sea más compacta y facilite el movimiento de sus brazos. Cuando son más mayores, podemos hacer la carrera en la arena, donde les resultará más complicado.
Otra actividad que gusta mucho a los niños y que podemos realizar con ellos es una carrera de enterramiento. Tal y como comenta Arantza Silgado, "aunque parece muy simple, los niños disfrutan mucho con este juego, ya que les permite jugar y estar en contacto con la arena, con lo que disfrutarán un montón". Con un reloj o un cronómetro en la mano, retaremos a los niños a enterrarse entre ellos en el menor tiempo posible, avisándoles siempre de tener cuidado con algunas zonas sensibles como los ojos, para evitar lloros posteriores.
Si tenemos la suerte de encontrar la marea baja, podemos aprovechar toda la zona de arena húmeda que queda visible para organizar el juego de la toalla. Se trata de una actividad que tiene un ritmo frenético y obliga a los niños a prestar una especial atención. Tras realizar un círculo grande en el suelo, colocaremos varias toallas en el interior, siempre una menos que el número de chavales que haya. Una vez tengamos todo organizado, se colocarán fuera del círculo, y a nuestra orden, tendrán que entrar dentro y buscar una toalla libre. Quien no la encuentre, quedará eliminado.
Juegos más tranquilos
En el caso de que el calor de playa sea demasiado sofocante, podemos optar por actividades más relajadas. El juego de los bolos seguro que le encantará a tus hijos. Lo único que necesitaremos es llevar unas cuantas botellas de plástico vacías de casa. Una vez estemos en la playa, las llenamos con agua de mar, las ponemos en la orilla, y con una pelota de plástico jugamos con nuestros hijos a tirarlas. Si son muy pequeños, procuraremos llenarlas lo justo para facilitarles la partida.
Aprovechando que hemos traído botellas, Arantza Silgado propone "llenarlas de agua y añadirles colorante alimentario, muy útil porque no es tóxico ni daña el medioambiente. Hacemos una de cada color y los niños pueden observarlas, ver la transformación e ir añadiendo piedras, conchas, etc.".
Otro juego, algo más sencillo, es el de las huellas, en el que simplemente tendremos que marcar un camino con nuestros pies cerca de la orilla y hacer que nuestro hijo tenga que seguirlo sin salirse de las huellas. A medida que avancen los pasos, podemos hacer zigzag, saltos y otros cambios de ritmo que lo hagan más divertido.
Si disponemos de mucho tiempo y tenemos a nuestro cargo a varios niños, podemos jugar al 'mapa del tesoro'. Para ello, esconderemos algún objeto (un bolsa con conchas, una caracola, un pergamino, etc.) en la playa, y dividiremos a los niños por equipos. A continuación, les vamos proponiendo una serie de retos sencillos, como buscar una concha de un color determinado, una piedra redonda o algo similar, y según las vayan consiguiendo, iremos dándoles pistas para que vayan dibujando en un papel el mapa del tesoro y logren encontrar el premio final.
Éstas son sólo algunas de las actividades que podemos realizar con nuestros hijos en la playa. El número de posibilidades que tenemos queda limitado únicamente por nuestra imaginación y ganas de jugar. Seguro que, haciendo un pequeño esfuerzo, pasan un fantástico día playero que será la envidia de sus amigos.