La vida con hijos es maravillosa, pero hay que querer que sea así, no sentir que nos perdemos cosas por estar con ellos.
Hola, aquí nos volvemos a ver y me doy cuenta de que ya ha pasado más de media semana, parece mentira pero es jueves, es que este diciembre se me escapa, en nada ya no será 2014 sino 2015, con lo poco que me gustan a mí los años impares.
Hoy me he levantado un poquito más tarde que de costumbre, y aunque la bruma del amanecer que siempre me acompaña comienza a disiparse este frío que intuyo en la calle hace que me sienta feliz de tener el café en la mano y a mi gatito en el regazo, es una costumbre adquirida para empezar los jueves y no podría hacerlo de otra manera.
La verdad es que no tenía ni idea sobre lel tema de mi reflexión de hoy, pero he recordado algo que leí ayer en un blog que he descubierto hace muy poco, y es que hablaban de cuando era un buen momento para tener hijos y he empezado a pensar.
Quiero aclarar que todo lo que digo son opiniones, no son consejos porque cada persona sabe lo que quiere hacer, son mis opiniones y siempre basadas en mi experiencia, y claro, lo que a mí me ha ido bien a otro le puede ir fatal.
Lo primero es que hay algunas cosas lógicas, eso está claro. Si la pareja está en paro, si hay una enorme crisis entre ellos o hay algún problema grave, pues evidentemente no deben pensar en tener hijos.
Pero a veces leo y oigo hablar a algunas personas sobre la planificación para ser padres y no siempre puedo estar de acuerdo.
Entiendo que hay que tener una situación económica mínima, una estabilidad y sobretodo cierta madurez.
Pero creo que lo más importante es querer tenerlos y saber que un hijo es para siempre, que hay que dedicarle tiempo, no puedes tener la sensación de estar renunciando a algo por tenerlos.
Cuando son pequeños nos necesitan mucho, para todo, pero cuando crecen también nos necesitan, ya se bañan solos y no usan pañales, pero a veces necesitan que les escuchemos, que les ayudemos a tomar una decisión e incluso necesitan llevarnos la contraria y equivocarse. Y hay que pensar si queremos estar junto a un adolescente chillando por One direction o llorando porque a fulanito le gusta menganita y no ella. Y ya ni digo cuando sus amigas van a algún sitio que no nos parece apropiado y usamos la frase de nuestra madre que en su día nos juramos no decir- y si fulanita se tira desde un puente,¿te tiras tú también?
Yo fui mamá joven, pero a pesar de ello teníamos una situación económica normal. Pude pagar el colegio de mis hijos los años que era de pago, pudieron ir a las extraescolares que necesitaron, tuvieron una infancia con cumpleaños, buenas vacaciones, si hacía falta una consulta a un médico privado pues la tenían, pero sobretodo les di tiempo y dedicación.
Cuando la crisis nos dio el revés tan gordo mis hijos eran mayorcitos y entre todos pudimos salir, y además sin que se nos quedase un trauma, pero no fue fácil.
Si yo hubiese esperado para tener a mis hijos, si hubiese querido tener el piso pagado o más estabilidad seguramente este revés me habría llegado igual porque es increíble la de empresas solventes que se han ido al garete con la crisis, y no hubiera podido llevarles a ese colegio, no hubiesen tenido la misma educación ni la misma vida, no sabrían tocar la guitarra ni habrían hecho deporte y seguramente ahora las cosas serían muy distintas, tal vez mejor, no lo sé, pero distintas y a mí me gustan como están.
No quiero decir que lo ideal sea tener los hijos a lo loco o nada más conocerse, de hecho yo no lo hice así, a mí me gusta planificar un poco las cosas, pero no sabemos lo que nos deparará el futuro y a veces, lo único que necesita un niño es que le quieran.
Para mí pasar las tardes en un parque con ellos no tenía precio, pero no siempre tiene que apetecer, cada uno somos distintos.
Bueno, pues para ir acabando esta reflexión diré que cada pareja, en mi humildísima opinión, a la hora de decidir ser padres lo que deben de tener claro es si se quieren(algo que debería ser obvio) y si de verdad quieren tener un hijo, si les apetece llegar cansados de trabajar y tener que llenar bañeras, contar cuentos y jugar en el suelo, si quieren pasarse domingos en cumpleaños, noches cosiendo disfraces para la función del cole o en lugar de ir a comer a una terracita seguramente ir a un merendero donde lo más fácil es que te tiren la cañita de un balonazo, si de verdad quieren eso entonces a por él o ella.
Si piensan que nada sabe mejor que un abrazo antes de dormir y un beso al salir de la bañera, si creen que oler la colonia Nenuco en el ascensor cuando vuelven de dejarlos en el cole hará que empiecen a echarlos mucho de menos y les da igual dormir muy pocas horas, yo les animo a ser papis.
En cambio, si no quieren perder a aquello por lo que han estudiado y luchado tanto, si creen que van a tener la sensación de continua renuncia y no están seguros, si solo les apetece la faceta de vestirles monos o de verles reír pero les molestan los lloros y no quieren cambiar pañales, entonces...mejor esperar.
Y vosotros, ¿qué creéis que es lo más importante a la hora de decidir ser padres?¿estabilidad económica(ya digo que un mínimo desde luego es imprescindible, que del amor no come nadie)?¿Ganas de quererle y dedicarle tiempo?¿Alcanzar tus metas personales y luego ya se verá?
Bueno, pues hasta aquí mi reflexión y me despido diciendo que para ser padre o madre lo más importante es que nuestros hijos se sientan queridos siempre, eso les ayudará a superar todo lo que la vida les mande.
Besinosssss y gracias de antemano por los comentarios. Si alguien me quiere decir algo en privado tengo el formulario de contacto arriba a la derecha y me encanta leer todo lo que me decís, lo bueno y cualquier crítica constructiva que me ayude a mejorar.
Besossss y nos vemos mañana.