En ocasiones, la preocupación de los nuevos papás por la higiene que rodea a sus hijos e hijas llega hasta tal punto que pierden de vista que cierta “contaminación” es necesaria.
Los bebés tienden a llevarse todo a la boca y esto va más allá de los experimentos con nuevos sabores y texturas. Se trata de un impulso instintivo que fortalece el organismo del pequeño, esto ocurre también cuando meten las manos en la boca de su padre o madre y después en la suya propia. Además de explorar, hacen un intercambio de saliva en el que está presente la flora bucal y que ayudan a los humanos a mejorar la digestión de ciertos alimentos.
Lo mismo ocurre con los chupetes. Si el chupo se cae al suelo y éste tiene una higiene correcta, no es necesario correr a hervir la goma. De hecho, peca tanto el exceso como el defecto y en ocasiones, los niños y niñas desarrollan problemas derivados de una pulcritud excesiva. Un síntoma puede ser la aparición de manchas blancas en la lengua.
No obstante, esta preocupación por la higiene en el hogar debería aparecer mucho antes del momento del parto. A continuación os voy a dar una serie de consejos para que tanto antes del parto como con vuestro bebé ya en casa vuestro hogar sea un lugar seguro para todos los componentes de la familia.
A la hora de pensar en la limpieza del hogar en general, los padres y madres deben realizar una limpieza normal, incidiendo un poco más en aquellos lugares que están al alcance del o la bebé como puede ser la cuna, el sofá o el parquecito. Si ya gatea, otro de los puntos en los que centrarse es la alfombra. Se trata de una superficie donde es fácil que la suciedad pase inadvertida, bien porque resulte invisible o porque se quede atrapada entre las fibras del tejido.
Para mejorar la salud ambiental de la casa y la calidad de vida de sus habitantes, la mejor opción es contar con un buen aspirador que levante el pelo de la alfombra y consiga extraer hasta las partículas más pequeñas. También hay que meter en la lavadora con cierta frecuencia los peluches, de manera especial si el niño o niña duerme con alguno.
Como norma general, mi consejo personal es que limpiemos las superficies de nuestro hogar utilizando la menor cantidad posible de productos químicos, como puede ser la lejía (aunque, obviamente, no podemos ni debemos dejar de utilizarla) y comenzar a limpiar a base de vapor. Existen multitud de modelos en el mercado que pueden ayudarnos a tal fin.
De igual modo y tal y como comenté antes, el uso de aspiradoras que eliminen toda clase de ácaros y partículas de polvo del ambiente, en combinación con purificadores de aire que sirvan como sistemas de filtración (como los ofrecidos por Filterqueen), se presenta como una buena opción para mantener equilibrados los niveles de calidad del aire interior.
A la hora de elegir estos dispositivos mi consejo es adquirir uno que posea filtros HEPA (High Efficiency Particulate Arrestance), aquí podéis ver algunos ejemplos en forma de vídeo. Estos filtros ofrecen niveles de retención de partículas de hasta el 97%, con lo cual aseguramos que el aire de nuestro hogar posea la suficiente calidad para nuestros pequeños.
Como podéis comprobar, realizando una limpieza prácticamente natural podemos conseguir estar libres de agentes contaminantes que puedan ocasionar problemas respiratorios o incluso ser la causa de algunas alergias importantes.