La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, y es el que más sufre durante el embarazo, ya que durante a lo largo de nueve meses se extiende para ayudar al feto a desarrollarse en nuestro cuerpo. Pero no sólo se produce este gran cambio en nuestra piel. Los cambios hormonales y vasculares que sufrimos durante esta etapa pueden provocar alteraciones en la piel como alergias, eczemas, sequedad e incluso manchas en algunas zonas del cuerpo.
Es por esto que es primordial que, desde el primer día del embarazo, le demos los cuidados que necesita nuestra piel, para así preparar a nuestro cuerpo para todos los cambios que se aproximan. Sin embargo, los cuidados para nuestra piel no pueden ser los mismos durante el embarazo, como hemos dicho las hormonas provocan cambios que nos muestran una piel diferente, más delicada. ¿Cómo podemos cuidar de nuestra piel durante esta etapa? ¿Volverá nuestra a piel a ser como era después de dar a luz? En este reportaje, te damos todas las claves.
Alergias en la piel durante el embarazo
Desde el principio del periodo de gestación, las hormonas provocan que la piel sea más susceptible a todo tipo de irritaciones por el uso de cosméticos, desodorantes o perfumes. Cualquiera de los que usábamos anteriormente puede provocarnos una fuerte reacción cutánea. Por eso, es recomendable el uso de jabones neutros o emulsiones de limpieza apropiadas al biotipo cutáneo.
En la medida de lo posible, debemos evitar el contacto directo con productos de limpieza o cremas hidratante que contengan perfumes o antisépticos que puedan dañar la piel. Por otro lado, durante el embarazo, existe una mayor predisposición a desarrollar alergias a determinadas comidas o tipos de bisutería. Para estos casos, la única solución es observar qué tipo de alimento o producto nos está causando la irritación y eliminarlo durante el resto del embarazo.
Sequedad en la piel
Normalmente, existen tres estados posibles en la piel: seca, mixta o grasa. Sin embargo, durante el embarazo, las hormonas pueden cambiar por completo nuestra piel o simplemente acentuar el problema que tengamos habitualmente. Hay que tomar en cuenta que la piel durante estos meses se vuelve mucho más sensible, por lo que debemos mantenerla hidratada y evitar cualquier tipo de producto que pueda causar una reacción adversa.
Por ejemplo, a pesar de lo relajante que pueda parecer un buen baño con agua caliente, lo ideal es hacerlo de forma más templada, ya que el calor perjudica bastante a nuestra piel. Después de cada baño o ducha, debemos hidratarla bien usando cremas que tengan vitamina A y D, para que aumenten la luminosidad en la piel y su elasticidad, algo muy necesario para afrontar el estiramiento que se produce durante el último trimestre de gestación.
Puede que en los últimos meses de embarazo sintamos ciertos picores en el abdomen o notemos la piel escamada por un exceso de sequedad. En este caso, debemos consultar con nuestro médico o farmacéutico para que nos aconseje alguna crema específica para calmar tanto la sequedad, como el dolor.
Las manchas en la piel
Uno de los problemas estéticos que más nos preocupan durante el embarazo, son las manchas. Por desgracia, se calcula que un 70% de las mujeres las sufren. Pueden aparecer en el rostro, la frente, las mejillas o la nariz y son pequeñas manchas de color marrón oscuro, que se acentúan en los últimos meses de embarazo.
La exposición al sol puede empeorar este problema, por lo que para prevenirlo debemos evitar la radiación ultravioleta, utilizando cremas con elevado factor de protección solar. Además, al terminar la lactancia podemos consultar con el dermatólogo, que en algunos casos puede indicarnos alguna crema para clarear la piel. Si las manchas no son muy profundas, en 18 meses podrían desaparecer.
Estrías y celulitis
Por último, además de las manchas, una de las consecuencias para la piel que más temen las mujeres son las estrías. Estas son unas líneas rojas o blancas que aparecen en el abdomen, muslos o mamas, en la mayoría de mujeres embarazadas, también pueden aparecer en brazos y glúteos e incluso espalda baja. Se producen por la ruptura de fibras de colágeno que provoca el estiramiento de la piel. Para prevenir su aparición, lo mejor es mantener un peso apropiado durante el embarazo y usar cremas hidratantes.
En cuanto a la celulitis, lo mejor es andar diariamente para combatirla, seguir una dieta sana y beber agua en abundancia, al menos dos litros diarios. Una vez finalizada la lactancia, puedes realizar un tratamiento de mesoterapia para mejorar la circulación.
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