Cómo enseñar a tus hijos a amar la natualeza, debe ser uno de los objetivos principales de nuestra vida. El compromiso con nuestro planeta, amenazado por la contaminación y por el cambio climático, entre otros problemas, parece haber tomado un casi invisible segundo plano dada la crisis económica que atravesamos.
Si lo pensamos bien, contribuir a la ecología y ser consecuentes y respetuosos con nuestro entorno natural es de alguna manera, luchar contra esta circunstancia económica, pues el ahorro está inevitablemente ligado a las tres R: reducir el consumo, reciclar los materiales y reusar los deshechos antes de deshacernos de ellos definitivamente en el cubo de la basura.
Una lección que no sólo se aprende en el ‘cole’
Desde hace ya unas décadas en los colegios, institutos, incluso desde la guardería, se incita y motiva a los niños a ser conscientes y responsables con el consumo, evitando en su mayor grado la contaminación y los usos nocivos que afecten a la naturaleza y potenciando el reciclaje como arma ecológica.Está claro que los profesores y educadores son un referente en la futura conducta de los pequeños pero los padres continúan siendo los principales emisores de normas y ejemplo de hábitos y costumbres que más tarde ellos imitarán.
Reducir cantidades
Es una de las más básicas formas que toma la conciencia ecológica y que podéis poner en práctica en cualquier sitio, fuera o dentro del hogar. Enseñar a los niños a que casi siempre las pequeñas cantidades resultan más beneficiosas que la desproporción en bienes, objetos o alimentos, es una máxima que tenéis que realizar, si queréis que vuestros hijos aprendan a consumir de manera controlada.Cuando vayáis a la compra con ellos, por ejemplo, es un buen momento para elegir pocas cosas pero de buena calidad. Aunque para ahorrar lo mejor es acudir tú sola o en compañía de otro adulto, es cierto que la mejor manera de que ellos aprendan es muchas veces la observación y la imitación son las mejores armas para aprender.
Ejemplos sencillos pero claros
Haz que tu hijo sea partícipe de la compra, al menos mirando cómo lo haces. Habla en voz alta y comenta el por qué de tu elección. Hazle ver que escoges los productos que sabes, vais a utilizar a ciencia cierta, intenta optar por los de comercio justo.
Asimismo elige productos ecológicos, que prime el cartón antes que los envases de plástico, y el cristal antes que el aluminio, para que sea más fácil el reciclaje.
Reciclar materiales
Reciclar ya no es una de esas propuestas cosas que todos nos planteamos, sobre todo a comienzos de año y que se queda ‘perdida en el olvido’ , como acudir al gimnasio o dejar de fumar.Hoy en día es raro el hogar donde no se recicle mínimamente. El papel, el plástico, el vídeo y los residuos orgánicos van en contenedores separados escrupulosamente para que sea mucho más fácil discernir entre lo que se puede o no reusar.Tenemos a disposición de todos, en nuestros barrios y localidades, multitud de ellos. !No hay excusa!
Reusar lo que ‘ya no queremos’
Cuando tenemos un poco de holgura económica tendemos a ser caprichosos y a abarcar más de lo que podemos o realmente necesitamos. Eso de ‘bienes de primera necesidad’ se ha convertido en algo obsoleto, y a pesar de que hay crisis, no dejamos de comprar, de salir y de consumir.Como vamos a seguir comprando bienes materiales y éstos se acumulan para ser usados y finalmente tirados a la basura, debemos aprender una nueva conducta ecológica clave para mejorar el entorno: reusar bienes y alimentos.
En la ropa, en la comida, en el papel
En la alimentación es sencillo. No hay nada más fácil que cocinar algún plato sabroso y económico con ‘sobras’ para no tener que deshacernos de un fantástico filete o de los restos de una ensalada que nos supo buenísima y que nos da pena tirar.También es fácil con el textil o el papel. Utilizar papeles usados para escribir cosas sin importancia es una tarea fácil. Además, podemos iniciarnos en el fascinante mundo de la moda aprendiendo a ‘customizar’ o redecorar nuestras prendas antiguas y así innovar nuestro armario sin tener que renunciar a ellas.
Que aprendan de ti:
Cuando salgas a la calle con los pequeños asegúrate de que te vean tirar los envoltorios y residuos a las papeleras Cuando vayáis a pasear al perro si lo tenéis, ya que es un magnífico ejemplo de limpieza y compromiso ecológico pues sus excrementos serán recogidos por vosotros y tirados convenientemente.Cuando vayas a tirar la basura o a organizar las bolsas según los residuos, haz que tus hijos te acompañen como si se tratara de una actividad lúdica para ellos. Deben aprender en primera persona dónde va cada tipo de deshecho. Por qué no es bueno juntar el papel con la comida, y el vidrio junto al plástico. En definitiva, en cualquier contexto puedes enseñar a tus hijos algo más sobre ecología. Cualquier razón será suficiente y válida si la emites desde la experiencia y el cariño.
Todos debemos tomar como hábito el reciclaje y a poder ser estas premisas ecológicas que te hemos citado. Educar en la ecología y el compromiso con el medio ambiente es primordial para que las nuevas generaciones sean cada vez más responsables.