La Translucencia nucal es una prueba que se realiza para medir al feto, durante el primer trimestre de embarazo, entre las semanas 10 y 14. Esta medición se hace por medio de una ecografía, es decir, que es una prueba no invasiva, y no existe ningún riesgo ni para el feto ni para la madre.
El objetivo de la ecografía es que mediante esta técnica se pueda averiguar cuanto espacio claro (o translúcido) hay en el tejido de la parte posterior del cuello del bebé. La importancia de conocer cuanto mide el líquido que se forma entre la piel y los tejidos blandos de la nuca del embrión radica en que los bebés que presentan anomalías tienden a acumular más líquido en esta zona durante el primer trimestre de gestación, con lo que este espacio translúcido se ve más grande.
Por lo tanto, el resultado de esta prueba prenatal determinará el riesgo de que el bebé presente anomalías cromosómicas, como Síndrome de Down, o problemas cardíacos congénitos graves. La ventaja que ofrece esta prueba es que ayuda a la embarazada a decidir si someterse posteriormente a pruebas invasivas, como la amniocentesis, que suponen un pequeño riego de aborto. Sin embargo,hay que tener presente que la prueba de la Translucencia nucal no proporciona un diagnóstico definitivo, por lo que si se quiere estar realmente seguro de si el feto presenta alguna anomalía, es necesario recurrir a las pruebas invasivas.
¿Conocías esta prueba? ¿Te has sometido a ella?
Imagen: Emery Co Photo/flickr.