A pesar de que desde hace dos años en España los hombres que acaban de ser padres pueden solicitar la baja por paternidad, se calcula que tan sólo un 1,5% de los mismos la pide en sus respectivas empresas.
Las razones pueden ir, según los psicólogos y expertos en recursos humanos, desde los tabúes y prejuicios heredados de esquemas tradicionales, hasta el desconocimiento de los derechos propios o temor a dejar las responsabilidades profesionales momentáneamente, en el caso de los 'adictos al trabajo'.
El inicio de una nueva etapa
Asumir que la llegada del bebé, además de alegrías continuas, va a traeros un sinfín de cambios, es el punto de partida desde el que tenéis que trabajar como pareja, y ahora como padres.
Ambos sois los principales referentes en la vida de vuestro hijo. Emisores de educación, pero también de amor, de cariño, de autoridad. Lo normal a estas alturas es que no tengas que 'rogarle' a tu pareja que se aplique tanto como tú en las tareas relativas al bebé. Saldrá de él y de su instinto paternal el querer ayudarte en todo lo posible.
El poder del instinto animal
Porque tú eres la madre y dentro de ti ha pasado nueve meses de gestación alimentándose de tu propio cuerpo, se dice que tienes ya una especie de don que te hace salvaguardar la vida de tu bebé y saber casi por intuición qué es aquello que necesita en cada momento. El instinto maternal, que al fin y al cabo nos une al resto de animales mamíferos, hará por ti todo aquello sobre lo que tú en un principio crees no saber o estar perdida.
El caso del hombre es diferente. Él va a tener que aprender de ti, de sus amigos que ya son padres, de las guías infantiles y del propio bebé que acaba de venir al mundo. Dale tregua y valora sus esfuerzos, aunque al principio te parezca que en lugar de ayudarte te lo está poniendo más difícil.
Has de entender que para el universo masculino, continua siendo extraño todo lo relativo a pañales, llantos a media noche y biberones. Eso sí, ellos se muestran por lo general no sólo encantados de la vida sino dispuestos a ser 'los mejores de la clase'.
Delega algunas funciones
Aunque tú seas la que ha dado a luz, ello no implica que al principio sólo tú puedas hacerte cargo del bebé. Recuerda que tu pareja ha de vivir con autonomía su faceta de padre, que resulta como hemos dicho, vital y necesaria, y no es un sencillo complemento a la figura materna. Haz que vuestro bebé se acostumbre a ambos casi de la misma manera.
Si las primeras semanas eres tú quién se encarga de levantarse a media noche durante varias veces a darle el pecho, está bien. Pero que sea él quien durante el día se ocupe de lavarle o cambiarle para que tú descanses. Si te apetece hacerlo tú, turnaros dichas tareas de tal manera que experimentéis ambos cada actividad con el bebé sin llegar a la extenuación por ello.
¿Y las tareas del hogar?
Habéis tenido un hijo maravilloso, que aunque ‘da bastante guerra’, os hace sentir las personas más afortunadas del mundo pero, ?qué ocurre con las tareas del hogar? Lo normal es que tengáis que repartirlas, pues no todo el mundo puede costearse a una persona de apoyo en la limpieza de la casa. Esto es algo más difícil, pues a todo el tiempo que 'os quita' el bebé hay que sumarle los quehaceres diarios inevitables.
Lo ideal según los psicólogos. es la responsabilidad compartida y la variación de las tareas, para equilibrar el trabajo y que éste no se convierta en algo tedioso. Pero esto no siempre es posible, pues en el caso de la lactancia, la mujer precisará de un mayor tiempo con el bebé de forma inevitable.
‘Feliz cansancio’
Es seguramente el tándem que mejor identifica la vida en común compartiendo la responsabilidad de ser padres. Si antes os parecía dura la convivencia, ahora os sentiréis al borde del colapso en muchas ocasiones. Vais a dormir mucho menos que antes y quizá el tiempo para vosotros y vuestra intimidad quede reducido a un rato por las noches en el que estáis tremendamente cansados.
'Todo eso pasa' dicen los expertos. La paciencia, la comprensión y sobre todo saber hacer la balanza, son consejos primordiales para llevar bien esta nueva faceta de padres. Disfrutar de cada minuto, de cada gesto de vuestro bebé en compañía, es un privilegio que seguro que compensa todo ese rompecabezas en el que vuestra vida se ha convertido en los últimos meses. Un rompecabezas cuyo epicentro es un hijo en común, un proyecto de vida.