Como padres siempre estamos preocupados por el correcto desarrollo de nuestros niños, especialmente en su etapa más temprana. Por desconocimiento, generalmente pensamos que deben aprender a hablar antes de poder leer y estamos perdiendo la oportunidad de enseñar a los bebés algo para lo que están plenamente preparados.
Para muchos de nosotros, pensar que un bebé pueda leer antes de hablar es algo casi utópico. Sin embargo, hace 50 años, Glenn Doman escribió el libro Cómo enseñar a leer a tu bebé y desde entonces, miles de padres alrededor del mundo han iniciado a sus hijos en el camino de la excelencia intelectual antes de poder crear su primera frase.
Esta teoría de Doman se basa en el resultado de diferentes estudios que concluyeron que los bebés son genios lingüísticos. Para cualquier infante, sin importar su lugar de nacimiento, el idioma del lugar es una lengua desconocida. Su cerebro está abierto a la recepción y aprendizaje de cualquier lengua, está listo para procesar la información que perciba a través de sus ojos y oídos.
Una de las razones por las que es mayor el porcentaje de bebés que no aprenden a leer antes de hablar es porque desconocemos la forma de facilitar este proceso, no les hablamos de la manera correcta, utilizamos el tono de voz inadecuado, escribimos con letra pequeña, de tal manera que hacemos difícil para nuestros niños el captar la información que les estamos dando.
Los bebés están capacitados
Doman recalca que los bebés aman aprender, lo disfrutan a cada instante, esto se puede observar cuando ven televisión, la forma en que repiten e imitan los comportamientos que llaman su atención. El problema está en que la mayor parte del tiempo los dejamos aprender de manera espontánea, cuando deberíamos estar enseñándoles de la forma consciente.
En palabras de Doman, debemos hablar a nuestros hijos utilizando un tono de voz firme, un poco más alto de lo normal y con acciones concretas. Asimismo debemos escribir con letras grandes y claras para que los bebés puedan leer sin problema y vayan procesando los sonidos de cada palabra, la acción que representa.
Recientemente, científicos de la Florida descubrieron que a partir de los seis meses de edad, los bebés empiezan la lectura de la boca de quien les habla. El psicólogo de desarrollo, David Lewkowicz de la Universidad Florida Atlantic, quien dirigió la investigación, asegura que “el bebé, con el fin de imitar, tiene que encontrar la manera de dar forma a sus labios para poder hacer ese sonido particular que está escuchando”.
El método Doman a grandes rasgos
Lo primero es nuestra actitud, el asumir este ejercicio como algo divertido y no como una tarea formal.
Debemos trabajar en sesiones cortas de 3 a 10 minutos, las mismas deben terminar antes de que el niño pierda el interés.
Utilizaremos cartillas, tarjetas construidas en cartulina, en ellas escribiremos con letras de molde rojas o negras, algo que debe variar de acuerdo al tamaño de la fuente.
El tamaño de las letras varía por edad:
2 a 18 meses (cartilla de 15cm de alto x 60 cm de largo, letra de 12 cm de altura en color rojo).
De 18 a 36 meses (cartilla de 10cm de alto x 60 cm de largo, letra de 7.5 cm de altura en color negro).
Trabajaremos por grupo de tarjetas, cada uno de 5 palabras de una misma categoría (medios de transporte, alimentos, animales, etc.).
Leeremos cada grupo de tarjetas, pasando una por una, con voz fuerte para que el bebé vea y escuche cada palabra.
Serán cinco grupos de tarjetas por día, agregaremos un grupo nuevo por día y descartamos el primer grupo del día anterior.
Las recomendaciones son: utilizar palabras comunes, crear nuestras propias tarjetas, ser constantes en el ejercicio y hacerlo de manera divertida.
Vale la pena intentarlo, arriesguémonos a vivir esta aventura junto a nuestros bebés y abramos la puerta a un mundo de conocimiento que seguramente los ayudará a llegar más lejos de lo que podamos imaginar.
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