Todo este rollo del primer párrafo venía únicamente a cuento del título del post. De mes en mes. Porque de mes en mes va girando rápida la vida y quitando hojas al calendario nos hemos plantado ya a 8 de abril. Un día como otro cualquiera si no fuese porque la pequeña saltamontes (que bailó las salsas de Ricardo Arjona en la barriga de su madre y las sigue bailando ahora en mis brazos) cumple hoy seis meses de vida. Seis meses desde aquel 8 de octubre de 2013 de nervios, sonrisas y lágrimas que hoy me parece extrañamente lejano. Como si el tiempo, además de volar a la velocidad de la luz, se hubiese estirado haciéndonos inalcanzable aquel momento mágico que la lejanía me impide tocar pero que mi mente se empeña en rememorar cada cierto tiempo. Cada vez que el papá en prácticas escucha cómo la mamá jefa le dice a nuestra Maramoto aquello de “¿Te acuerdas de cuando nos conocimos?”.
Porque sí, tras 42 semanas imaginándola, aquel 8 de octubre nos conocimos. Y fue mágico. Como cuando conocí a la mamá jefa. Pequeños instantes que la vida te regala para que los conserves siempre. Porque tengo la sensación de que la vida, de alguna forma que no sé explicar, te avisa para que disfrutes y retengas todos los detalles posibles en esos momentos en los que estás conociendo a alguien muy especial. Alguien que te acompañará durante muchos años en tu viaje. Y que te llenará de amor. Y de sentimientos y sensaciones imposibles de explicar. De aquellas que hay que vivir para sentirlas. Y contarlas, que diría Gabriel García Márquez.
Y aunque la presencia de un bebé haga que a los mayores el transcurso del tiempo nos parezca aún más rápido si cabe, su llegada al mundo trae consigo algo maravilloso. Porque los meses dejan de ser entes abstractos que se suceden sin un sentido aparente entre año y año. Los meses cobran un nuevo sentido y de mes en mes, de repente, surge un motivo de celebración. Un mes, dos meses, diez meses, veinte meses… Seis meses. Y es una pena que conforme pasan los años perdamos ese sentido de celebración mensual y todo se limite al año. Un año me parece demasiado tiempo de espera. Porque cada mes hay algo que celebrar al lado de nuestra pequeña saltamontes. Aunque sólo sea el mero hecho de que nos haga sentir vivos con sus ganas por descubrir el mundo. Aunque sólo sea el eterno agradecimiento por tenerla a nuestro lado y que nos ilumine cada día con su dulce e inocente sonrisa.
Te amo más. De mes en mes.